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Los días pasan, y la amistad que empezaba con Jungkook terminó aquél día en el comedor. Él no volvió a molestarla, ni hablarle, pero siempre que el idiota -como le apodaron Hunter y Yeonsoo- intentaba acercarse a ellas, inmediatamente Jungkook intervenía.

Siempre buscaba una razón para que no llegara a ellas, aunque en una ocasión el idiota espero fuera de los baños a las chicas que se duchaban para poder pedirles disculpas, más que nada a Yeonsoo.

Ella simplemente asintió y le pasó por al lado, no puede ser su amiga si eso pretendía, pero tampoco necesita seguir guardando rencor en su corazón que ya marchito está.

Decidió hablar con la directora del lugar, le dijo que le cedía la mitad de sus puntos a Jungkook. Al principio se negó, pero al final no le servía de mucho hacerlo, ya que si no aceptaba, Yeonsoo sacaría más comida y se la daría de cualquier forma. Por lo que dijo que sí, incluso cuando le pidió una explicación no la entendió realmente.

Yeonsoo argumentó que Jungkook arriesgo mucho en el interrogatorio, y que al final terminó peleando. No entendía porqué, pero no necesitaba saberlo, era suficiente saber que podía arriesgar todo solo por demostrar ser más de lo que dice.

Hoy es un día más, y como todos los días, Yeonsoo se encuentra despierta esperando el amanecer. Las pesadillas parecen ir de mal en peor, por lo que sus horas de sueños son escasas, sin embargo, su cuerpo parece acostumbrarse a eso.

Llega al polideportivo, de nuevo. Todos se encuentran ahí, es increíble que a pesar de ser la primera en despertar de todo el lugar, siempre es la última en llegar.

—Gracias por hacernos compañía, Yeonsoo —gruñe sarcástica la entrenadora—. Ahora que estamos todos, hoy habrá prueba de resistencia. Cómo ya saben, mientras más duren, más puntos tendrán.

—¿Correr o trotar? —pregunta una chica en medio de un bostezo.

—Trote. —Sonríe maliciosa—. Sin embargo, si se detienen antes de los veinte minutos, se quedan sin cena durante dos días.

—Me pregunto si esto es un campamento de entrenamiento o prisión —suelta Yeonsoo. Su verdadera intención no era decirlo en voz alta, pero ya era tarde.

—Entonces serán treinta minutos —contesta la profesora, causando una ola de quejidos y abucheo departe de todos. Yeonsoo solo sonríe y niega con la cabeza—. Pueden calentar, hasta que vuelva y empezamos —anuncia y se pierde entre las gradas.

El polideportivo es al aire libre, pero gracias a unos grandes carteles en la parte superior de las gradas, la mitad de la cancha obtiene sombra.

Yeonsoo comienza a estirar sus músculos, mientras Hunter finge hacerlo.

—¡Jungkook! —Una chica chilla llegando a él, es tan fuerte como habla que es inevitable que no escuchen—. ¡Seguramente serás el mejor, como siempre!

—Si, claro —se burla Yeonsoo por lo bajo. Se abofetea de nuevo por no poder controlar lo que dice.

Jungkook la mira con una ceja levantada. Así que ella decide que cómo ya abrió la boca, sería bueno un poco más de burla.

—Si antes no se tropieza con su ego.

—¡Cuidado, Yeonsoo! No vayas a pisar tu lengua. —Chasquea la lengua, Jungkook—. No quiero que tú única virtud se rompa.

Los presentes abren grande los ojos al ver que Jungkook realmente no le teme, entonces ella sonríe. Extrañaba que alguien la desafíe como solía hacerlo aquél chico de rasgos felinos.

𝙴𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚙𝚘𝚜𝚊 © » ᴹⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ; BTSWhere stories live. Discover now