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Min Yoongi, conocido en las calles como «Isilo»; un hombre de un metro setenta y cuatro con mirada felina, delgado y piel blanquecina. Un sujeto que sin duda hacía temblar a cualquiera que se cruzara en su camino. Si alguien lograba sostenerle la mirada el suficiente tiempo, en sus ojos se podía ver cuanta historia había detrás de ellos; desde la forma en erguir su espalda ante una amenaza, hasta aquellas pequeñas y descaradas cicatrices alrededor de su cuerpo. Aquel que en una ocasión prometió cuidar con su vida a un grupo de chicos que ni siquiera conocía, el mismo grupo de chicos que ahora esta parado frente a él. Recordándole que, a pesar de que pase el tiempo, siempre se verá involucrado con ellos; con su pasado.

Y, pese a que, en otra ocasión hubiese irradiado felicidad de tenerlo en frente, las circunstancias que lo tienen frente a él, es la excusa perfecta para avanzar hasta el castaño de sonrisa cuadrada y estrellar su puño contra su pómulo derecho. Los recuerdos de aquel día del funeral, lo invaden con brutalidad cegando por completo su sentido común; la forma en que Taehyung apareció ese día, ebrio, repitiendo una y otra vez que aquella chica, que se encuentra detrás de él, había muerto por su culpa. Pero una vez más, todo fue mentira.

Al final, solo podía confiar en Jimin y Namjoon, porque al parecer todos a su alrededor sabían que ella estaba viva, y nadie tuvo el coraje de decirle la verdad; de mirarlo al rostro, aquel que había destruido a causa del alcohol, y decirle que ella no había muerto. Pues lo entiende, después de haberlo hablado con Yeonsoo, lo entiende.

Tal vez, si las cosas hubiesen sido diferentes, él hubiese hecho exactamente lo mismo que la pelinegra. Por eso ahora se encuentra golpeando con brutalidad al castaño; porque a pesar de haber cerrado ese capítulo con Yeonsoo, sus tres amigos que se encuentran frente a él, solo desaparecieron cuando más los necesitaba.

Taehyung lo golpea de vuelta, ahora dispuesto a no perdonar nada de Yoongi. Sin embargo este es más rápido y vuelve a abalanzarse sobre el castaño; golpea con fuerza su nariz provocando que estalle en sangre, y posteriormente tomar su cabeza y estrellarla contra su rodilla. Taehyung cae al suelo adolorido, gruñendo por lo bajo; empero, Yoongi no estaba dispuesto a dejarlo ir tan fácil, no después de tanto tiempo sintiendo culpa respecto a lo sucedido. Por eso avanza a él, de nuevo, y patea su estómago.

-No importa cuánto lo golpees, los hechos no cambiarán. -Yeonsoo se interpone entre un furioso Yoongi y un muy mal golpeado Taehyung.

-¿Te interesa entrar en el departamento de crímenes violentos, joven? -menciona el teniente, con una amplia sonrisa en el rostro.

Yoongi lo mira en una mezcla de enojo y confusión, sin embargo ni siquiera puede procesar lo que dijo, pues Taehyung se levanta del suelo dispuesto a no dejarlo ir incólume; golpea su puño contra el rostro del pelinegro, desestabilizándolo. Yeonsoo, cansada de las peleas, decide golpear de vuelta a Tae, para así hacerlo entrar en razón, y aunque en otra ocasión no se hubiese sorprendido, la manera en que Taehyung estaba dispuesto a devolverle el golpe la ha dejado pasmada. Si no fuese porque Yoongi se interpuso, está segura que aquél golpe, colisionaba en su rostro en vez de el del pelinegro.

-¡Suficiente! -espeta Hoseok, interponiéndose entre los chicos.

El horror se exhibe en el rostro del castaño de sonrisa cuadrada, pues ahora, que tiene sus cinco sentidos intactos, puede ver lo que estaba a punto de hacer de no haber sido porque Yoongi se interpuso; tal vez la historia, cambiaba.

-Jodido imbécil. -Yoongi escupe sangre al suelo.

-¿Ahora escucharás? -El teniente se cruza de brazos cansados. No es novedad para él ver como aquel grupo se destruye solo. Puesto que nunca ha visto amigos así, mucho menos que tomen tantas decisiones erróneas.

𝙴𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚙𝚘𝚜𝚊 © » ᴹⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ; BTSWhere stories live. Discover now