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La primera clase de hoy empieza temprano. Yeonsoo no pudo dormir mucho, pero ya comienza a acostumbrarse al sonambulismo. La idea de pegar un solo ojo la aterroriza, las llamas, el grito de Yoongi, Hyun disparando; no puede seguir reviviendo ese día cada noche, no sin antes volverse completamente loca.

Yeonsoo se levanta y se da una rápida lucha antes de morir de hipotermia, en realidad sale congelada de las viejas cañerías del lugar. Se coloca el conjunto deportivo gris y sale dejando que su cabello caiga mojado por los lados. Al llegar a la cabaña no encuentra a Hunter, seguramente creyó que ella ya se había ido a la clase, cuando en realidad no sabe cómo llegar al edificio correcto.

Niega con la cabeza y camina en busca del estadio cerrado para entrenar; las miradas son iguales e incluso más intensas que la noche anterior. Y sólo se puede ver la cicatriz del rostro.

Pasa el comedor, un par de cabañas más; se puede ver el polideportivo detrás de un gran edificio, por lo que Yeonsoo cree que ése es el lugar al que debe asistir. Entra por las puertas traseras y se aventura por un pasillo angosto que parece no tener fin. Se masajea la sien pensando que en realidad no es el lugar correcto, que tendrá que salir y pedir ayuda a cualquiera que se cruce.

Sin embargo, camina un poco más al ver a un chico parado de espaldas completamente solo. Yeonsoo se arma de valor y coraje, la reacción de él cuando vea la cicatriz no pude afectarle, o al menos eso piensa.

—Disculpa. —Le toca el hombro con delicadeza. El chico gira y la observa.

Yeonsoo espera que reaccione, que se aleje o se sorprenda ante su rostro; pero no lo hace, solo la mira y le sonríe, como si verla fuera un placer.

El aire abandona la anatomía de ella, un escalofrío le recorre el cuerpo al darse cuenta de que realmente no hay atisbo alguno de miedo, asombro o cualquier expresión respecto a su cicatriz. Él levanta la mano inconsciente y la coloca sobre la mejilla mascada, Yeonsoo retrocede de inmediato, pero él no se mueve.

—¿Qué haces, Jungkook? —susurra, y no porque sea él; si no, porque se atrevió a tocar aquella marca que ni siquiera ella pudo.

—No lo sé —murmura sin ni siquiera verla a los ojos. Tiene la mirada fija en los labios de ella. Vuelve a acercar la mano, ahora con más lentitud y suavidad. Involuntariamente se relame el labio inferior provocando que ella deseche un suspiro.

Sus ojos demuestran algo que ella no puede descifrar, pero su toque suave y la manera en que se mordió el labio le hace pensar que tal vez, la desea. Y eso le causa tristeza y emoción al mismo tiempo, nunca creyó que alguien al ver su rostro la deseara, o no se sorprenda en absoluto; sin embargo ahí está, delineando la comisura de la cicatriz con su dedo, en lentos movimientos cuidadosos, provocando que cada célula de su cuerpo se estremezca.

—¿Qué hacen? —La voz pastosa de Hunter aparece por detrás de Jungkook. Yeonsoo retrocede categóricamente y carraspea la garganta.

Sus cincos sentidos vuelven a la normalidad y la realidad la golpea. Jungkook no la desea, solo se siente fascinado por su horrible aspecto. Eso no es deseo, es curiosidad.

—Me perdí —confieza y le pasa por el lado— . Vamos al estadio —continua en dirección a Hunter que solo frunce el ceño confundida. Ella asiente y se gira para seguir el camino directo al corazón del estadio. Sin embargo, Yeonsoo se detiene antes de seguir a su amiga y masculla—: Jungkook, no vuelvas a tocarme —escupe con veneno ante la mirada atónita del pelinegro.

Camina decidida hasta el centro del estadio. Se dejó penetrar por unos segundos, por esa insignificante acción. No puede permitirlo, necesita fortalecer su coraza, debe buscar la forma que esa cicatriz juegue a su favor y no en su contra. Debe usarla como arma para atacar a los demás, no para que ella sea atacada.

𝙴𝚏𝚎𝚌𝚝𝚘 𝙼𝚊𝚛𝚒𝚙𝚘𝚜𝚊 © » ᴹⁱⁿ ʸᵒᵒⁿᵍⁱ; BTSWhere stories live. Discover now