Sesshomaru de pequeño se fue a un circo con toda su familia, entre magia y malabares, toco el turno de una payasita, que se le era conocida como campanilla. Sesshomaru no podía ver el rostro de dicha persona, pero había llamado su atención. Con los...
De un momento a otro estaba kikyo en una cama, no sabia como paso o que sucedió para estar en ese lugar, con mareos puso una mano en su cabeza.
- *¿en donde estoy?* - pensó.
- por fin despiertas - comento una figura sentado a lado de ella.
- bankotsu - contesto - ¿que paso?
cinco días después.
- lamento llegar tarde - se disculpo la joven azabache. Él no dijo nada y solo siguió su camino - me gustaría que me acompañaras para ver el vestido de novia...
- gasta lo que quieras - la interrumpió - no me interesa ir - alejándose del lugar - *kikyo ¿en donde estas?* - había estado buscándola por todas partes, pero no logro hallarla. Ahora por petición de su padre, tiene que casarse con la menor por negocios, y ahí estaban ellos, en un centro comercial.
Por los largos pasillos, sus ojos ambarinos logro captar un largo cabello correr en una dirección. Sin perder tiempo se fue en aquella dirección, cuando llego no podía creer lo que sus ojos miraban.
- kikyo - susurro haciéndola asustar.
- sesho - dándose la vuelta - maru
Sesshomaru no espero ni un minuto y la abrazo en contra de su voluntad. Ella forcejeo ante el abrazo, pero después le fue correspondiendo tímidamente.
- te extrañe...
- sesshomaru... - mordiendo su labio inferior - ¡esto no resultara! - se empuja y sale corriendo a la carretera.
- ¡¡kikyo!!! - sale de tras de ella, y viendo como kikyo es atropellada por un camión - ¡¡KIKYO!! - grito a los cuatro vientos.
puedo aun sentir... tu débil respirar (cargando el cuerpo inconsciente)
- lo siento señor, pero usted no puede ir - dijo los médicos llevándosela de ahí.
- las cosas son como son - escucho a aome decir detrás de él.
- *kikyo* - sintió como todo se fue a bajo - *la perdí otra vez*
Un mes después
Los preparativos se hacían para la fiesta de ambos novios. Llegando la hora anhelada.
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