en los sueños

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Acostado boca arriba, miraba el techo de su habitación con la mirada perdida, ¿que había sido aquello? ¿un recuerdo? ¿o su mente jugandola un mal rato? ¿ellos dos se habían conocido antes?, de ser así ¿porque se olvido? ¿porque se alejaron? ¿porque?. Muchas preguntas sin responder, soltando un suspiro mejores no quiso pensar más en aquello y se dispuso a dormir.

- ¡¡¡SESSSHOMARU!!! - un fuerte grito hizo que abriera sus ojos de golpe, pero el no estaba en su habitación, si no en otro lugar.

De alguna manera se le hacia conocido ese lugar, pero volvió a escuchar el grito y sin dudarlo se fue corriendo en aquella dirección, entre más se acercaba más se escuchaba el grito

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De alguna manera se le hacia conocido ese lugar, pero volvió a escuchar el grito y sin dudarlo se fue corriendo en aquella dirección, entre más se acercaba más se escuchaba el grito.

- *¿quien es? ¿quien me llama?* - pensó sin dejar de correr.

- sesshomaru... ayúdame - escucho un débil susurro.

- ¡¡¿en donde estas?!! - grito a ese lugar vació, no había nadie aparte de él.

- no olvidaste tu promesa, pero no estoy muerta sesshomaru... estoy viva... búscame, necesito tu ayuda - y en eso todo se puso negro.

Levantándose de golpe, tenia su frente sudada y la respiración agitada. Pues no cabía con lo que acababa de soñar, ¿era un simple sueño? o ¿un mensaje?

estoy viva - recordó las palabras de sus sueños - *¿entonces no murió?* - se pregunto.

Una semana después

Acostada en posición fetal, tenia sus muñecas lastimas debido a su forcejeo inútil. No podia huir de ahí, estaba encadenada en ese lugar, con su ropa rota y lleno de suciedad.

- .... - con sus ojos perdidos escucho el chillido de la puerta abrirse y cerrarse al instante - ¿quien eres? - pregunto en un susurro.

- tranquila, mi nombres bankotsu - contesto aquel joven de cabellera larga y trenzada.

- ¿ban-kotu? - pregunto débil.

- si - acercándose a ella lentamente - pobre de ti... mira como te dejaron - viendo las heridas que salian de su rostro, brazos y piernas.

- no importa...  - susurro - e soportando cosas peores.

- se ve que te olvidaste de mi kikyo - comento el joven.

- eh? - alza la mirada con sus ojos sin vida - ¿ya nos conocíamos? - pregunto.

- si... tu, yo y alguien más que fue importante en tu vida - contesto poniéndose a lado de ella.

- ¿quien? - sus ojos ya no mostraban vida apenas y un pequeño brillo se veía en ellos.

- sesshomaru - susurro.

- ¿sesho... maru? - el nombre le sonaba, pues los golpes que le daban le dejaban débil y apenas y recordaba su nombre.

- si... eramos muy buenos amigos hasta el día del accidente.

- *sesshomaru* - sus parpados ya no aguantaban el cansancio y los cerro.

- ¡apúrate kikyo! - grito un niño de nueve años.

- ya voy - contesto la niña.

- si no te apuras nos descubrirán - comento el otro niño de 10 años.

- no soy tan veloz como ustedes dos - se quejo cruzándose de brazos.

- ven, yo te llevo - poniéndose de rodillas para cargarla.

- eh_gra-gracias - con un leve rubor en las mejillas.

- no yo te llevare - se interpuso el niño de 9 años.

- sera mejor regresar 😅- comento al ver que ambos se iban a pelear - no quiero llegar tarde, mi mamá debe de estar preocupada - cruzando la calle.

- ¡¡cuidado!! - gritaron ambos niños, pero ya era tarde: la atropellaron.

- ¡¡KIKYO!! - gritaron los dos mientras se acercaban a la niña tirada en el suelo.

- bankotsu debemos pedir ayuda - comento el albino al ver como el otro no reaccionaba.

- si - contesto quedito.

- bankotsu, sesshomaru... nos veremos pronto - fueron los últimos susurros de la niña.

 nos veremos pronto - fueron los últimos susurros de la niña

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ahhhh denme mi oso de peluche esto esta depre...

la payasita del circoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant