la payasita del circo

no lo escondas

Los truenos sonaban anunciando a la lluvia,en la carpa de un circo se podían escuchar los aplausos, sentada en su monociclo, empezó con su show, con cuidado de no caerse, empezó a hacer malabares con las tres pelotas que traía en su mano, la lluvia apareció de repente, se podia escuchar el chapoteo de ellas en la carpa que los cubría, llegando casi a la mitad, la soga se rompió, su mascara se quito de su rostro cuando su cuerpo se fue directo al suelo, era una muerte segura, todos quedaron en shock, pero él más impactado fue un joven de cabellos plateados.

Parándose de su asiento, no pensó dos veces para ir a verla, cuando ella se estrello con el suelo. Con su frente sangrando, tenia su mirada a un lado, mirando como todos están horrorizados, sintió como su cuerpo se alzaba un poco, y noto que era sesshomaru, no tenia voz para decir algo, pero sabia que no era necesario hacerlo, vio como el tenia su expresión de tristeza, con sus ultimas fuerzas, levanto su mano para acariciar su rostro entristecido, y con una suave pero cálida a la vez le sonrió, una sonrisa triste, pero alegre a la vez.

- no hagas esfuerzo - susurro el albino - ya vienen los médicos - dijo, pero ella solo movió la cabeza, diciendo como, ya no tengo salvación, mi tiempo se acaba, y como si la entendiera, él la abrazo más fuerte contra su cuerpo - si te lastimas solo llora, si te enojas solo grita - siguió susurrando cerca de su oído - ya no lo ocultes más - un recuerdo vino a su mente, era cuando él se habia perdido y ella fue su compañía, era la única y primera vez que alguien le hizo reír de verdad.

- lo siento - susurro la peli negra intentando sonreír pero fallo miserablemente.

- tranquila, tranquila - susurro viendo las intenciones de la joven payasita - no importa si no puedes sonreír, no lo intentes de nuevo o me dolerá - kikyo aun con su sonrisa fallida abrió los ojos y le sorprendió lo que sus ojos miraban.

- *esta llorando* - pensó perdiendo su sonrisa.

- no importa si no puedes soportar, llorare contigo hoy, no lo escondas más - con esas palabras kikyo empezó a derramar sus lagrimas sin control, y un recuerdo a ella vino.

Sin su mascara puesta, esta arrodilla en el suelo, sin poder contener sus lagrimas lloro sin control, ya no podia más, apenas era una niña pequeña, sin darse cuenta una silueta se puso detrás de ella, cuando retiro sus manos de sus ojos, miro la sombra de aquella persona, mirando por su hombro, miro que era un niño casi de su edad, él le tenia una mano extendida, con una sonrisa infantil pegada en su rostro, ella miraba con sus ojos sorprendidos con pequeñas gotas de lagrimas cada lado de de sus pequeños ojos, y de un momento a otro, él le abrazo por su cuello, dejándola sorprendida.

- *es verdad* - pensó con su mirada perdida - *él y yo, ya nos conocíamos desde antes, es por eso que le acompañe ese día* - pensó - tranquilo, tranquilo, fuiste el único que lo entendió - susurra con sus ultimas energías -  *mi verdadero rostro, que casi olvide* - para ella era como un encantó mágico ese momento - mira a la mentirosa, pierrot, que ahora puedo descansar - fueron sus ultimas palabras antes de cerrar sus ojos.

- no... debes resistir - susurro, no queriendo derramar sus lagrimas.

Tenia una sonrisa en su rostro cuando vio a dicha payasita caer de la soga, pero jamas se imagino ver a su "prometido" ir tras ella, pensó que si eliminara a esa payasa, pensó que todo iba a ser normal, pero no fue, así, mejores fue ella que quedo en ridículo sin darse cuenta, sin poder hacer nada, solo se quedo ahí parada, viendo a sesshomaru como la abrazaba, a ella jamas le abrazo, y eso la hizo sentir más celosa. Apretando sus manos en puños, se fue del lugar sin decir ni una palabra, pero de algo era seguro, que eso no se iba a quedar así.