El circo

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¡¡¡Damas y caballeros, niños y niñas de todas las edades, sean bienvenidos al circo donde las risas no faltan y la magia sobra. Pasen, pasen y disfruten de nuestros payasos, equilibristas, malabaristas, domadores y más. Pasen si la risa y la magia son sus palabras preferidas!!!

- mamá podemos ir al circo? - pregunto un pequeño albino de ojos dorados.

- claro, ¿porque no? - contesto llevando a su hijo al circo seguido por su otro hijo mayor.

- sesshomaru apúrate que la función va a empezar - se quejo el menor con un puchero tierno.

- ya voy, ya voy - contesto con los ojos cerrados.

Dentro de la capa del circo, los tres decidieron sentarse en primera fila para apreciar mejor el acto. (disculparan, pero describiré como lo e visto yo como cuando era niña: ya que nunca mas fui al circo nuevamente :"/ espero y poder describir bien:)

Las luces se apagaron dejando solo el centro en claro, entre las grandes cortinas de color rojo salio humo que se extendió por todo el circulo libre que había, cuando el humo se despejo se pudo notar a dos personas paradas en el centro del circulo.

¡¡Señores y señoras, denle un fuerte aplauso  a nuestras queridas magas del circo, kagura, la manipuladora del viento - la joven hace una reverencia cuando escucho su nombre - y kanna la que entre sus manos tiene un espejo que manipula la tierra!!

Los aplausos no se hicieron esperar, escuchando como todos aplauden, ambas chicas empiezan hacer su trabajo. Kagura con solo agitar su abanico empezó a crear el viento que era fusionado con la tierra que era manipulado por kanna. Las personas se quedaron impresionados por el talento de ambas jóvenes, viendo como el viento se mezclaba con la tierra y era creada figuras y animales entre otras cosas.

Cuando terminaron con su trabajo, ambas hicieron una reverencia y así mismo como aparecieron desaparecieron. Los aplausos se escuchaba por montones y nuevamente la luz del centro se apago por completo quedando en completa oscuridad. Las luces del centro se prendieron de nuevo, dejando ver en el centro a un chico de coleta alta con labial negro.

¡¡Señoras y señores, denle un fuerte aplausos a byakuya, el mago de las ilusiones!!

Él joven hizo una leve reverencia y con una flor entre sus dedos empezó a crear una especie de ave gigante echo de papel, las personas solo se quedaban mirando el espectáculo en silencio. Terminando su show se retiro del lugar.(perdonaran por no poner mas detalles al circo)

Entre las aplausos, un fuerte fuego salio por detrás de las cortinas color rojo, todos los presentes soltaron un jadeo de la sorpresa, saliendo entre esas enormes cortinas apareció una gata grande de color amarillo con dos colas y la punta de color negro.

Aplaudan a sango, la domadora de leones y su acompañante kirara.

Todas la fusiones que paso mas de una hora, entere malabares, fuego y otras cosas más. Sesshomaru ya se estaba empezando a hartar, levantándose se quería ir fuera del circo, pero su madre se lo impidió, diciéndole que esperara un poco más que ya mismo se iba acabar la función, con un resoplido acepto su petición. Y en efecto, la función estaba por terminarse dándose un ultimo ensayo de dos payasitas jóvenes.

¡¡Este es la ultima función de nuestro circo, denle un fuerte aplausos a las dos jóvenes payasitas de este circo!!

Las luces se dirigieron al centro de la enorme cortina, esperando que salieran dichas payasitas. Pero no salían nada.

- no crees que ya se demoraron - dijo uno de las personas presentes.

- opino lo mismo - todas las cabezas se dirigieron a las dos voces que se escucho por ambas partes.

Entre las esquinas del circo estaba dos pequeñas con una mascara de payaso en su rostro. Ambas empezaron a caminar hasta llegar al centro del circulo dando las disculpas por haberles echo esperar, y así empezando su trabajo de hacer reír a la gente.

Sesshomaru se quedo observando a ambas niñas que no debían tener un año menor que él. La primera tenia el cabello celeste que tenia recogido en dos coletas, tenia puesta una malla color marrón oscuro con un vestido que le llegaba hasta las rodillas, traía puesto una mascara de rostro feliz, la nariz color rosada. La otra chica tenia su cabello color negro y así mismo tenia recogido su cabello en dos coletas, traía puesto casi la misma ropa de la otra chica pero de distinto color, el de ella era rojo oscuro con mallas color negro con una cinta que esta al rededor de su cintura.

Sin darse cuenta ya estaba caminando a lado de su madre y su hermano menor, y sin su permiso se había desviado a otro rumbo sin darse cuenta. Después de unos minutos salio de su trance y se dio cuenta de que se había perdido.

- *en donde estoy* - pensó asustado. Con su mirada busco una posible salida para encontrar el camino, pero no lo hallaba - *este día no puede empeorar* - sentándose en unos de los árboles de ahí, serró sus ojos queriendo recordar el camino por el que llagar.

Detrás del árbol se asomo una cabeza, el niño miro aquella dirección, pero la cabeza se escondió rápidamente antes de que él la vea.

- *me lo imagine* - pensó serrando sus ojos otra vez.

Esta se asomo y salio del árbol sorprendiendo al niño, la niña tenia puesto misma mascara que había usado en la función. Sesshomaru le miro asombrado y la chica de cabello negro se puso en frente de él, con un movimiento de manos saco una pelota de color amarillo. Manteniendo su equilibrio empezó a rodar la pelota adelante y atrás con la sincronizar de sus pies, pero piso mal y se cayo de cara sacando una sonrisa al niño de cabello plateado.

- pufff - tapándose la boca.

- *por lo menos te hice reír* - pensó la payasa. Teniendo una mano en su nuca estaba sentada la niña de cabellos negros, por la mascara que ella traía puesto, no sabia si estaba sonriendo o estaba triste, hasta que...

- ¡¡sesshomaru!! - escucho la voz de su madre a lo lejos. Descuidándose un poco de la niña, dirigió su vista a la voz de su madre.

- ¡¡aquí estoy!! - grito para hacerle saber en donde estaba. Girándose a donde estaba aquella payasita que le entretuvo por unos minutos, ya no había nadie - *a donde se fue* - fue su único pensamiento mientras regresaba a casa con su madre y hermano menor.

 Girándose a donde estaba aquella payasita que le entretuvo por unos minutos, ya no había nadie - *a donde se fue* - fue su único pensamiento mientras regresaba a casa con su madre y hermano menor

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espero que les allá gustado :)

la payasita del circoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora