Villains Protection Program || Descendants

Capítulo 32: ❝Dragón, ven a mí❞ [Parte 2]

—Por todas las varitas mágicas. —Dijo Jane, horrorizada. —Ahora sí se fue todo a la mierda.

—Oh my gosh. —Exclamó la princesa malvada, observando aquello. —Por todas las manzanas envenenadas, eso es...

—I-Imposible... —Habló Mal, impávida, sin poder creer lo que veían sus ojos verdes. —Disparé a matar. —Añadió, shockeada, viendo como su madre la observaba de manera espeluznante mientras caminaba hacia ella.

—Te otorgo mis más sinceras felicitaciones, pero yo no soy un dragón común, Mal. —Exclamó la Emperatriz del Mal, deteniéndose frente a la menor que permanecía inmóvil, entonces la tomó del cuello con firmeza. —Soy un dragón inmortal. —Gruñó, caminando hacia el borde de la torre, extendiendo su brazo con el que sostenía a su hija hacia el vacío y dejándola caer.

—Estamos jodidas... —Se lamentó Alex, haciendo una mueca. — ¡Hazte dragón!

— ¿¡Crees que no pensé en eso!? —Le gritó la Princesa del Inframundo, mientras caía. — ¡Ya no tengo energía para convertirme!

— ¡No se queden ahí paradas, cuarteto de inútiles, vamos! —Les gritó Uma, haciendo reaccionar a las demás, quienes comenzaron a correr hacia el castillo para rescatar a la VK. — ¡Mal, no te mueras de un infarto! —Le advirtió.

— ¡Aquí nadie va a morir si podemos impedirlo! —Masculló la pequeña hada, uniendo fuerzas con la prima de Carter y formando un campo de fuerza mágico alrededor de todas mientras corrían, para evitar cualquier ataque sorpresa.

— ¡No, mi dragoncita! —Gritó la descendiente del mayor Mason, avanzando más rápido hacia el palacio. 

— ¡Ya voy, M! —Afirmó Evie. Apenas se acercaron lo suficiente, Jane y Alex deshicieron el campo de fuerza, la descendiente de Regina intercambió miradas con la chica de cabello turquesa y ambas lanzaron rayos de magia para atrapar a Mal. — ¡Te tenemos! —Dijo, mientras la guiaban hacia los brazos de Carter, quien la atrapó y suspiró aliviada.

La pequeña hada, junto con la agente del PPP, volvieron a invocar ese campo de fuerza.

—No te cansas de ser rescatada, ¿verdad? —Exclamó la chica de Luisiana, sonriéndole.

—Car-Carter. —Tartamudeó la ojiverde, cuya respiración estaba agitada, entonces la abrazó.

—Te amo, dragoncita. —Dijo su novia, correspondiéndole al abrazo y cerrando los ojos, disfrutando el momento.

— ¡Chicas! —Les gritó Shang, alarmado. — ¡Salgan de ahí antes de que...!

—Magnífica reunión, es una lástima que acabará ahora. —Alzó la voz Maléfica, observándolas desde el techo del castillo con una sonrisa perversa, las apuntó con el Ojo de Dragón. —El rayo descenderá y bajo él morirán, mi maleficio su muerte inminente plasmará. —Conjuró, entonces un gran rayo verde apareció en el cielo, descendiendo en dirección hacia ellas.

— ¡No! —Gritó la pequeña hada, viendo cómo el rayo destrozaba el campo de fuerza, por lo tanto corrió hacia Mal y Carter; empujándolas y recibiendo el impacto del rayo, cayó al suelo, inconsciente.

— ¡Jane, no! —Alzó la voz Lonnie, horrorizada, desde el bosque. Comenzó a llorar y quiso correr hacia ella, pero su hermano se interpuso y la sostuvo con fuerza para evitar que se pusiera en peligro. — ¡Déjame! —Le exigió, tratando de soltarse.

— ¡No voy a hacer eso! —Se opuso Shang, con los ojos llenos de lágrimas, pero firme. — ¡Tú eres lo único que me queda! ¡No voy a perderte a ti también!