Capítulo 14: ❝Caos en Auradon❞ [Parte 1]

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Mientras tanto, en Auradon, todos los AKs estaban encerrados en el calabozo, al igual que Rosie. Y, a diario, Jay, Evie y Carlos los visitaban para que no se aburrieran.

  Eso era lo que los tres estaban haciendo en ese preciso momento, la chica de cabello azul se encontraba en la celda de su amada, y los muchachos estaban en la mazmorra en la que Chad Charming había sido encerrado.

— ¡Amor, conviértelo en una rata gorda! Pidió el pecoso, divertido. — ¡O en un cachorro así lo sacrificamos de una vez por todas! ¡Le arrancaré la piel y me haré un abrigo!

— ¡Exacto! ¡En una rata fea! —Concordó el descendiente de Jafar, observando como el rubio los miraba con miedo desde una esquina de la celda, sin dudarlo agitó el cetro para transformarlo en aquel animal. — ¡Mira que fea esa rata, cariño! —Se burló, divertido.

— ¡Esto sí es una buena vida! —Exclamó Carlos, mientras se reía al ver al hijo de Cenicienta como aquella criatura. —Eres demasiado horrible, ahora ninguna chica va a quererte, ya no eres un príncipe encantador. —Presumió, cínico.

— ¡Ahora lo haré un perro sarnoso! Dijo su pareja, moviendo el artefacto mágico de su padre para convertirlo nuevamente. — ¡Míralo, amor! ¡Tu madre querría tener un perro sarnoso como este! ¡Que lastima que no lo pueda ver!

—Aw, acabas de cumplir uno de mis sueños, creo que hasta podría llorar. —Habló De Vil, emocionado. —Mi madre no podrá verlo pero yo sí y eso tendrá que ser suficiente, ¿crees que debería arrancarle la piel? —Sugirió, ladeando la cabeza.

— ¡Déjenlo en paz, es un pobre idiota presumido que no merece esto! —Les gritó Doug, quien estaba observando todo desde su celda. — ¡Métanse con alguien de su tamaño, idiotas! —Gruñó, ambos villanos lo miraron con enojo.

—Amor, carga al perro, verás lo que le haremos a este enano. Demandó Jay, saliendo de la celda del príncipe de Charmingtown y abriendo la reja en la que estaba el hijo de Tontín con la magia de su cetro para acto seguido entrar.

—Como desees, precioso. —Accedió el pecoso, tomando a Chad en sus brazos para luego salir de esa mazmorra –Jay cerró la misma luego de que él la abandonara– y entrar a la celda de Doug, el joven ladrón movió la Vara de la Serpiente para cerrar la misma. —Cuando terminemos contigo, desearás no haber nacido. —Le advirtió, sonriendo con malicia mientras acariciaba al animal que sostenía.

— ¡Aléjense! —Masculló el prisionero, intentando parecer valiente, aunque claramente no lo era. — ¡Por si no se dieron cuenta, yo no soy de su tamaño!

—Precioso, baja al perro al suelo, este enano me las va a pagar ahora. —Ordenó el descendiente de Jafar.

—Que bueno que presenciaré esto. —Susurró el menor de los VKs, soltando al cachorro y mirando como el chico de anteojos retrocedía hasta chocarse con la pared, muy asustado. —Pobrecito, vas a sufrir. —Dijo, sonriendo con malicia, viendo como su novio apuntaba con el cetro al perro.

Que rabia tenga y que lo muerda sin piedad. —Jay recitó aquel conjuro y el animal no tardó en ser invadido por la rabia, comenzando a atacar al enano, mientras que el chico de cabello largo se reía a carcajadas viendo como el perro lo mordía. — ¡Eso te pasa por meterte conmigo, imbécil! —Se burló.

—Oh sí, de eso es lo que estoy hablando. Exclamó Carlos, admirando la pelea, recostó su cabeza sobre el hombro del otro VK. —Me haces sentir orgulloso de ser tu novio, ¿sabes? Hazle algo más para que aprenda. —Sugirió, pero entonces sintió que algo vibraba en el bolsillo de su pantalón así que metió su mano ahí para sacar su teléfono, en la pantalla del mismo aparecía algo muy interesante: Audrey intentaba contactarse con Leah a través de su celular, la señal de aquel aparato provenía desde el centro de operaciones del PPP.

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