Capítulo 19: ❝La única manera de salvarla❞ [Parte 2]

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—Este maldito. —Masculló el hijo de Jafar, bajando las escaleras rápidamente y dando un paso para acercarse al adulto, pero su novio lo siguió y lo tomó por el brazo; deteniéndolo pues conocía sus intenciones.

—Jay, no. —Susurró el pecoso, sosteniéndolo con fuerza para evitar que hiciera alguna estupidez que podría perjudicarlos. —Sabes que lo necesitamos y no hará nada por nosotros si lo golpeas. —Añadió.

— ¿Por qué mierda están aquí, trío de mal nacidos? —Los interrogó el villano, sin moverse de su lugar.

—Yo me pregunto lo mismo, me obligaron a traerlos hasta aquí. —Se quejó Celia, haciendo pucheros, mientras estaba atenta a la conversación.

—Vinimos aquí porque necesitamos hablarte de algo importante que está sucediendo con alguien que conoces. —Habló Evie, bajando las escaleras y acercándose a él. —Mal está en problemas.

— ¿Mal? ¡Tonterías! —Gruñó Hades, arrugando la nariz para luego prestarle atención a la pequeña VK, ignorando a los demás. —Mocosa, ¿dónde está lo mío? —Dudó, cambiando de tema, se dirigió hacia su sillón para tomar asiento ahí mientras que la hija del Dr Facilier caminó hacia el villano; cuando estuvo frente a él metió la mano en su bolso y sacó un periódico junto a una bolsa llena de comida.

—Aquí tienes, creo que no me olvidé nada. —Exclamó Celia.

— ¡Ella de verdad está en un grave peligro, tienes que ayudarnos! —Suplicó la descendiente de Regina, angustiada.

—Agh, ni le importa su hija. —Se quejó el joven ladrón, apretando los puños, conteniéndose para no ir a golpearlo. Mal se los había dicho: él jamás se había preocupado por ella, entonces ¿qué les hacía pensar que ahora Hades comenzaría a hacerlo?

Amor, calma. —Murmuró De Vil, mirándolo de reojo, luego observó al Dios del Inframundo. —Mal no es ella misma desde hace meses, tiene actitudes muy extrañas desde que dejó salir al dragón que hay dentro de ella, tienes que ayudarla antes de que destruya todo. —Insistió.

— ¿Qué me importa a mí si ese engendro de Maléfica tiene problemas? —Replicó el adulto, agarrando todo lo que su sirvienta le había traído. —Uh, hoy sí que te esforzaste bastante, mocosa pícara. —Dijo sorprendido y la tomó del brazo para obligarla a sentarse a su lado en el sofá.

—Soy muy eficiente cuando me lo propongo. —Alardeó la pequeña estafadora, acomodándose mejor a su lado, tomó una manzana de la bolsa y comenzó a comerla mientras escuchaba la discusión.

— ¡Es tu descendiente, bastardo ingrato! ¿¡Cómo puede no importarte!? —Alzó la voz la princesa malvada, indignada, pero el padre de Mal solo la ignoró.

— ¡Maldito cretino! —Gritó Jay, logrando captar la atención del villano, quien lo observó seriamente. — ¡Tu hija está extrañísima! ¿¡Acaso no puedes ver que esto no es un juego!? —Le recriminó, Hades frunció su ceño y se incorporó de su asiento para avanzar hacia el hijo de Jafar, mientras que Celia subía los pies al sillón.

—Escúchame bien, serpiente: Yo hago o no lo que me de la gana. —Habló el Dios del Inframundo, encarando al joven ladrón, se acercó a su rostro y le gruñó. —Si Mal está así es por culpa de Maléfica, así que váyanse bien lejos y no me jodan más, trío de engendros ingratos.

—Hey, hey, hey, aléjate de mi novio. —Intervino el pecoso, caminando hacia los dos para tomar al VK del brazo, pues no quería que se golpearan. — ¿Por culpa de Maléfica? ¡Mierda! ¡Si vamos a quejarnos con ella, nos asesinará, sabemos que ella odia a Mal con todo su ser! Tú eres la única opción que tenemos. —Se lamentó, el adulto lo miró y gruñó bajo con rabia, luego se dio vuelta y pateó una pequeña mesa que tenía; derribándola con furia.

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