Capítulo 39

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ーHola, Candy ーle dijo, sentándose en el sillón de su suite, con el auricular en su mano.

ーHola, Albert ーcontestó ella, emocionada de poder escuchar su vozー. ¿Cómo estás?

ーBien, te llamaba para darte las buenas noches. ¿Regresas siempre mañana al Hogar de Pony?

ーSí y la verdad es que aunque ya no puedo esperar, creo que extrañaré a la tía abuela y a Rosemary.

ー¿A Rosemary? ーpreguntó él, sorprendido.

ーAh, este... bueno ーempezó a decir Candy, nerviosaー... Lo que pasa es que... de vez en cuando platico con sus retratos...

ー¿De verdad?... ¡Creo que cuando regrese tendré que preguntarle a Rosemary qué tanto le has dicho! ーle dijo, riendo un poco.

ー¡Albert! ーse quejó Candyー. Oye, por cierto, hoy recibí tu carta y tu postal, la contestaré pronto, pero, ¿cuánto tiempo estarás en Canadá?

ーNuestro viaje se alargó, nos quedaremos aquí otra semana más y después recorreremos algunas ciudades de la Costa Este del país. Yo calculo que regresaremos a Chicago hasta dentro de tres semanas, o tal vez un poco más, depende de cómo vayan los negocios.

ー¿Tanto?

ーSí, necesito enfocarme en esto por ahora, pero aunque no podamos hablar por teléfono mientras estés en el Hogar de Pony, te escribiré.

ーBueno. Y hay otra cosa que tengo que decirte, hoy junto con tu carta he recibido una invitación para la inauguración del hotel de la familia Lagan en Florida.

ー¿Ah sí? ーpreguntó William, fingiendo no saber nadaー. Eso es excelente Candy, planearemos el viaje entonces. ¿Piensas ir, verdad?

ーPues, en un principio no estaba muy convencida, pero dice la tía abuela que al parecer tú también recibiste una invitación, ¿irás?

ー¡Claro! Raymond ya me había mencionado acerca del evento y tanto George como yo lo tenemos programado en nuestra agenda, así que por favor, no me dejes solo, ¿quieres? Cuando regrese a Chicago organizaremos todo, ¿está bien? Así que ve pensando en que tendrás que tomarte por lo menos una semana de vacaciones para asistir.

ー¿Una semana?! ーpreguntó Candy sobresaltada. 

ーSí, es más de un día de camino en tren, más el tiempo que estemos allí. Pero no te apures, el doctor Martin está ya haciéndose cargo de la clínica y todo saldrá bien ーdijo William, tranquilizándola.

ーEstá bien.

ーYa es tarde y mañana tienes que viajar. Buenas noches Candy, te extraño.

ーYo también te extraño, buenas noches.

********

ーTía abuela, le agradezco de corazón todo lo que ha hecho por mí.

ーY yo te puedo decir lo mismo Candice, ha sido gracias a tus cuidados que ahora me siento mucho mejor. Y recuerda, no dejes de ir a Lakewood los días que acordamos, entiendo que no será fácil para ti, pero te queda mas cerca que Chicago; así tus tutores y tú podrán encontrarse en un punto medio. Y sigue practicando ーle dijo la matriarca, con calidez en su voz.

ーSí, cuídese por favor.

Después de tres semanas de haber estado en Chicago, Candy regresaba por fin al Hogar de Pony ataviada como toda una dama de la alta sociedad, usando su corsé y su pelo parcialmente recogido, así como uno de los vestidos que habían comprado en su visita a las boutiques. Llevaba una valija más con otros vestidos para el diario; mientras que los vestidos para ocasiones especiales que habían ordenado, serían entregados en la mansión de Chicago cuando estuvieran listos.

Siempre te esperéWhere stories live. Discover now