XIV

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Pensar nunca le había traído nada bueno, suponía que esa era la razón por la cual decían que los tontos eran más felices.

Él quería ser un tonto.

Chanyeol revisó las evaluaciones más recientes de su curso, negó encerrando en círculos algunas corcheas y blancas que no debían ir en ciertos lugares y sintió la frustración dentro de su cuerpo. Cubrió sus ojos con sus palmas y soltó un grito, nadie tuvo correcto ningún si bemol, eran un fracaso.

Terminó por tachar una de las notas malintencionadas que GaIn había dejado en su hoja de respuestas y tiró el lápiz lejos, últimamente estaba tirando todo a donde cayese.

—Un trabajo de mierda.

Se levantó de su asiento mirando a sus compañeros de trabajo y siguió a Jongdae fuera del salón de maestros con las evaluaciones entre las manos.

—Deberías ser más alegre, Yeol, tus alumnos serán más participativos y aprobarían con más facilidad si es que dejaras de tirarles tus putos plumones.

—La vida no es fácil, Dae.

—Lo sería si pusieras un poco de tu parte, te veo después de clases, gruñón.

Chanyeol despidió a su amigo con la mano mientras entraba al aula, no importaba qué cambios hiciera, sus alumnos seguían siendo el grupo de holgazanes de siempre.

Saludó al grupo de adolescentes que tenía a su cargo con algo de desgano y comenzó a llamarlos uno por uno para entregarles sus calificaciones, esperaba que la siguiente semana alguien tuviera una calificación perfecta, ni siquiera eso, solo quería que alguien sacara un noventa.

—Maldita sea, pensé que me daría puntos por las lindas cosas que escribí.

—Cuida tu lenguaje, tendrías más puntos si respondieras como se debe.

La adolescente la sacó la lengua sin miedo y se llevó la hoja de papel, metiéndola dentro de su mochila enojada.

—A la señora Song le encantará verte después de clases, Kim, anda pensando las cinco mil palabras que usarás para disculparte.

Chanyeol repartió nuevas partituras a sus alumnos esperando que esta vez decidieran tocar aunque sea un acorde, le encantaría cambiar un día con Jongdae, sus alumnos eran tan habilidosos y llenos de talento que hacía que los suyos dieran pena.

Evitó a su amigo durante toda la mañana y tarde, no lo volvió a ver hasta que comenzó a anochecer y ya debían irse a casa.

—Mañana es tu día libre, ¿no? —Jongdae revisó los mensajes en su teléfono bostezando, no daba demasiadas clases, pero el cansancio lo consumía.

—Sí, lo aprovecharé para llevarle algunas cosas a Younghyun, compró unos regalos para su novia y colocó mi dirección para que la chica no se enterara.

—Tu vida es realmente una mierda, ¿pasarás tu día en un viaje de una hora para llevarle cosas a tu amigo? Deberías ver alguna película, leer algún libro, llorar, plantar un puto árbol, hacerte un paja, no ir con tu amigo que después seguramente la pasará mejor que tú.

—¿Cómo te vas a divertir tú? Eh, ¿vas a ir a llorarle otra vez a Minseok? Preocúpate de tu propia mierda antes de que la mía, si hicieras algo significativo probablemente no llorarías todas las noches porque el tipo al que amas no te ama, borde de mierda.

Chanyeol se alejó de su amigo con molestia, podrían haber pasado momentos difíciles juntos y otros muy lindos, pero le molestaba que Jongdae le recriminara cosas cuando su vida también era lamentable.

All AgainWhere stories live. Discover now