XVII

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—Ahora podemos descansar en paz —Kyungsoo estiró los brazos dejando que algunos pétalos de su ramo se esparcieran por el suelo, estaban finalmente libres de la escuela y del examen para la universidad.

—¡Somos oficialmente adultos!

—Podemos ir a bares gay sin problema, qué gloria. ¿Deberíamos ir a uno por los viejos tiempos?

—Pues… yo iría a bailar, ya no puedo encontrar pareja.

—¡Eso! —soltó con un suspiro—. Los solteros como yo tenemos que escarbar, mientras que tú puedes estar con un anciano de treinta y dos sin problemas.

—No es un anciano, Kyung —se rio oliendo las dulces flores que su tía le había obsequiado, mirándola a lo lejos coqueteando con su profesor de aula—. Iré contigo al bar, podemos sentarnos en la barra y pretender que no nos conocemos, alguien tan lindo como tú no demorará en llamar la atención de alguna persona.

—Ya lo veremos, yo creyendo que podría tener un romance contigo y me dejaste ir, te has perdido al hombre más dulce, amistoso y el mejor trasero de la ciudad.

—Llegará alguien a quien le gustes por algo más que tu trasero.

—Por eso mencioné dulce y amistoso.

Le guiñó el ojo soltando una risa. Tuvieron que despedirse poco después, Kyungsoo tenía una comida familiar para celebrar sus logros y Baekhyun también tenía una cita con su tía favorita que no hacía más que consentirlo.

—¿Tú novio no vendrá con nosotros?

—No lo llames así, todavía no… solo nos besamos y ya.

Hyuna resopló caminando junto a él tomados del brazo—. Y yo que pensaba que estaban casados.

—¿Cómo podría casarme? —la empujó avergonzado y sacándole una risa tonta acompañando al ruido de sus costosos tacones—. Tan solo tengo dieciocho.

—Y bien que estás con un hombre catorce años mayor para ser tan joven —Baekhyun agachó la cabeza sin poder hacer más que aceptarlo, después de todo su adorada tía tenía toda la razón del mundo—. No sé como me has convencido, pero más vale que te cuides y demuestres ser maduro para esa relación, pude haber sido loca en mi juventud, pero con esto me has superado.

—No te preocupes, se siente como si tuviera al borde de los cuarenta.

—Claro… ahora ya tienes mi edad.

—Seríamos muy buenos amigos si así fuera, ¿no lo crees?

Respiró hondo para pensarlo mejor, miró a su pequeño sobrino con una sonrisa y se encogió de hombros sin parar la marcha, llegando al lugar que tenía planeado al tiempo justo.

—Me recuerdas a alguien que conocí cuando era joven.

Ambos se sentaron en un sitio alejado de las ventanas, disfrutando de la luz cálida y las plantas colgantes, agradeciéndole al mesero por entregarles el menú y tomar su orden con cierta habilidad.

—¿Un antiguo novio quizás? —la conversación se había tornado curiosa, no sabía tanto como deseaba de la juventud de su única tía, así que cada información que ella lanzara al aire restándole importancia, era valiosa para él.

—Nada de eso, yo trabajaba en una cafetería para pagar la colegiatura y tu madre siempre iba a visitarme. Ella estaba enamorada de un chico que siempre iba allí a leer el periódico, pero nunca quiso acercarse a él, así que tuve que hacerlo yo.

—¿Entonces terminaste enamorada de él?
Hyuna negó entretenida—. Conversamos solo dos veces, quizás, nada demasiado profundo, sobre como estaba el tiempo y como mantener un cactus. Era un chico lindo, pero Hyena no demoró en conocer a tu padre.

All AgainWhere stories live. Discover now