VIII

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Se despertó de golpe con la cabeza dándole vueltas, respiró asustado aunque se encontraba claramente en el salón de su hogar. Abrazó su cuerpo deshecho, sollozó encogiéndose, abrazando sus rodillas y pegándolas a su pecho que subía y bajaba asustado.

—¡Mamá! —gritó asustado al no ver más que la luz del baño encendida, no sabía qué hora era, pero suponía que ella no estaría porque antes de que anocheciera ella partía a su turno en el hospital—. ¿Te fuiste de viaje no es así? Dijiste que te ibas con tus amigas del trabajo.

Estaba asustado, empapado en sus lágrimas, porque las gotas de lluvia descansaban en su uniforme escolar esparcido por el suelo.

La amarilla luz le golpeó el rostro y Chanyeol apareció frente a sus narices, lo miraba desde arriba algo preocupado por el evidente pésimo estado mental de Baekhyun, quien escondió nuevamente su rostro entre sus brazos.

—Tengo que secarte el cabello —su voz sonaba brusca y molesta, Baekhyun asintió levantándose tembloroso y caminando hasta el baño seguido de Chanyeol, quien traía el estómago hecho un revoltijo de emociones, inquietud y un muy mal presentimiento.

Se sentía abrumado dentro del pequeño departamento. Tantos recuerdos que había creado en él, incluso los muebles eran los que Wook había comprado, no le extrañaba que Baekhyun creara una loca historia en su cabeza. Seguramente había escuchado relatos sobre Wook a través de Jieun, incluso había visitado su tumba cuando nadie en la escuela sabía de su existencia y compartía muchas mañas con su primer amor.

Era obvio que podría hacerse ideas erróneas.

—Lamento lo de antes.

Apenas pudo oír la lastimera voz con el ruido de la secadora, Baekhyun lo miraba a través del espejo circular sin saber muy bien qué hacer, con los ojos hinchados por tanto lloriqueo y mordiéndose los labios asustado.

—Haremos como que eso no sucedió, ¿de acuerdo? —el menor asintió cuidadosamente esperando no entorpecer la labor de Chanyeol secando su cabello teñido de rojo.

—Sé que es raro y que no me cree porque está en todo su derecho, pero... —quiso continuar, pero se sentía completamente fuera de lugar. Entendía que Chanyeol estuviera abrumado y se mantuviera alejado de todo lo que estaba diciendo. Después de todo uno de sus alumnos, que llegó de la nada, hablaba sobre cosas de su pasado y le hacía recordar los pequeños detalles que había compartido con su primer amor—... olvídelo.

Chanyeol no dijo nada.

Cuando su trabajo estuvo listo apagó el secador y se fue por el pasillo, sosteniendo su chaqueta con fuerza al ver como el pequeño cuerpo de Baekhyun lo siguió hasta la sala—. Byun, haré lo que te dije hace unas horas, no es sano que digas esas cosas y que yo las oiga. Seguiremos siendo alumno y profesor, si me ves por los corredores no me hables, ni siquiera pienses en saludarme, no quiero tener nada que ver contigo, no me apetece y no le hará ningún bien a ninguno de los dos.

—¿Puede al menos quedarse? —Baekhyun se rascó la nuca, estaba nervioso, no había porqué esconderlo. Chanyeol yéndose a casa con una tormenta como la que estaba ocurriendo fuera y solo en su automóvil, le aterraba.

No quería que él terminara como Wook lo había hecho, no quería separarse de él como pasó antes, se conformaba con tenerlo cerca al menos, quizás no hablar más con él o estar en su clase, pero saber cómo estaba le bastaba.

—Sé que no es apropiado, pero está lloviendo horrible afuera y no quiero que maneje en este estado. Me pongo muy mal cuando está lloviendo y mi mamá no llegará hasta la semana que viene. ¿Podría al menos por su salud quedarse aquí hasta que la lluvia pare?

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