Indispensable [Canadá x Rusia]

27.

—Es normal que se aburran de mí.

Canadá seguía en su labor de recoger los vasos y botellas de aquella fiesta. Lo hacía por ayudar a su hermano que seguramente aún dormía por el alcohol y el cansancio.

—¿Por qué lo dices?

Rusia había simplemente aparecido y lo ayudó en esa tarea. Pero ese "simplemente" era solo una excusa.

—Me ha pasado muchas veces —Canadá sonrió con tristeza—. Incluso Ame se aburre y desaparece un tiempo... Pero está bien, supongo.

—No lo está.

—Lo digo porque al menos disfruto al máximo el tiempo bueno antes del abandono... Siempre es bonito... y aunque duele, sé que di mi mejor esfuerzo.

—Yo no creo que seas aburrido o algo así.

—Gracias, Russie.

—Yo creo que eres muy bonito... interesante... tienes una sonrisa brillante... y —enrojeció— bueno yo...

—Russie —lo detuvo, lo hizo con brusquedad—. Por favor... tú no —no lo miró, pero le tocó el pecho como para empujarlo... alejarlo.

—No voy a dejarte.

—Por favor...

Las lágrimas de Canadá surgieron en silencio y sus manos temblaron... porque esas palabras ya se las habían dicho... pero no quería que pasara lo mismo con Rusia. Porque le gustaba su compañía, sus largas charlas, sus anécdotas divertidas, sus caminatas sin rumbo y esas pequeñas sonrisas.

No quería perderlo.

Aunque eso significara no iniciar nada.

Nada de aquello que imaginaba y a veces lo hacía feliz.

—Canadá... —Rusia sostuvo unas manos entre las suyas.

—No quiero que me abandones después de que digas estar enamorado de mí —sollozó sin poder evitarlo.

Rusia no lo soportó, era muy triste ver a Canadá sufrir. Lo abrazó con fuerza, le dio un beso en la frente y suspiró sin saber qué hacer o decir.

—Yo tampoco quiero perderte... pero quiero iniciar e intentar.

—Volverá a pasar —estaba asustado—. Y no quiero que pase contigo, Russie... Así que no... Por favor, no... No termines tu petición.