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—Desde entonces cuido que NASA no coma demasiados ositos de goma.

—Qué divertido.

Rusia rio divertida y suspiró suavecito por la anécdota de Canadá. Le encantaba escucharlo y mirarlo cuando parecía tan concentrado.

—¡Mami sexy!

—¿Hub? ... ¿Qué haces aquí?

—Vine a visitarte, mami.

—Russie, él es mi hijo, Hub.

—Tiene tu sonrisa, pequeña y gentil.

Hub se quedó en silencio unos instantes mirando a la chica albina y a su padre. Porque nadie lo halagaba sin alguna intención oculta...

—Oh, por dios... ¡Tú deseas a mi padre! Te lo quieres comer con miel.

Rusia enrojeció al verse descubierta.

—Hub, por favor, no digas eso. Vas a darle una mala imagen a Russie.

—Pero mami —se quejó cual niño—. Debo decirte las cosas que no puedes percibir. Ese es mi deber.

Indispensable [Canadá x Rusia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora