97.

462 79 3
                                    


Le encantaba que Canadá durmiera aferrado a su cintura, se sentía agradable y cálido... Pero... ahora necesitaba escapar.

Intentó alejarse poco a poco, despacio, sin despertarlo.

—Russie...

Se quedó callado al ser descubierto, tenso, un poco nervioso también.

—Se que estás despierto... —susurró Canadá, pegando más su cuerpo al ajeno—. Y sé que tienes una erección.

El ruso enrojeció por la vergüenza.

—Entonces suéltame para que pueda ir al baño.

—No.

—Can...

—Si separas las piernas, puedo aliviarte —susurró en la nuca del ruso.

Enrojeció... el eslavo enrojeció.

Expectación por aquella oferta, vergüenza por la situación, adolorido porque hace mucho tiempo que intentaba aliviarse y no podía.

—Si te avergüenza, solo cierra los ojos y...

—Solo hazlo.

—Será un placer.

Indispensable [Canadá x Rusia]Where stories live. Discover now