Confesión

381 29 17
                                    

⚠️Este capítulo contiene LEMON la primera mitad⚠️

Apenas habían pasado unas horas después de que el Inquisidor partiera, y Nuray todavía tenía algo de insatisfacción con la decisión del elite, "Esta vez te quedarás aquí", aunque la razón que le dio fue que sentía seguridad al saber que ella estaría en Sanghelios para protegerlo si fuese necesario, y si bien era cierto que necesitaba miembros de confianza en la colonia Kuzom, también necesitaría a alguien allí que fuera leal para ser sus ojos y oídos mientras no estaba.

Nuray No tuvo más remedio que aceptar la solicitud de Thel, después de todo, él seguía siendo su superior y el líder de las fuerzas militares, <<Extraño>>, se dijo a sí misma haciendo una mueca por aquella ironía.

Aunque estaba afligida por la repentina ausencia del Inquisidor, todavía tenía el consuelo de la noche que le dio antes de irse.

>>>


La había llevado a un alojamiento que parecía casi tan ostentoso como el del edificio contiguo, dentro había un escriba, un escritorio y mesas con patrones holográficos.

Como en cualquier otra habitación destinada a servir como aposentos personales, había una cama que, al igual que la que tenía Nuray en su habitación, parecía grande para un humano pero perfecta para cualquier sangheili. Estaba cubierta con una tela ligeramente brillante, era como si estuviera hecho con hilos de raso que brillaran a través de la luz brillante de Qikost y Suban que se filtraba a través de tres grandes ventanales semi-ovalados, que estaban cubiertos por cortinas carmesí aterciopeladas.

En ese momento las únicas luces que iluminaban la habitación eran los reflejos de los holopaneles y dos antorchas de fuego púrpura que estaban sobre la pared, Thel 'Vadam estaba sentado frente a un escritorio revestido de metal que le mostraba algunas imágenes y datos de la Colonia que sería su destino al día siguiente.

Acababan de tener la charla de: "Llevaremos a cabo una misión fuera de Sanghelios de la que no serás parte, etc. etc.". Nuray, que estaba sentada en la cama con las piernas cruzadas como una mariposa, los codos apoyados en las rodillas y las manos sosteniendo su aburrido rostro. Observaba a Thel hacer su trabajo, y pensó que si la iba a dejar sola, aburrida y lejos del emocionante acto de deshacerse de algún Covenant, tal vez él podría compensarla de alguna manera.

Se puso de pie y se dirigió hacia Thel, colocó sus brazos sobre sus hombros y suavemente deslizó sus manos hacia su pecho e inclinó la barbilla sobre el hombro izquierdo del Inquisidor, y luego le lanzó una mirada ingenua.
-¿Seguirás haciendo eso toda la noche?-, preguntó mientras se retiraba suavemente y salía al pequeño balcón de la habitación.

El Inquisidor la miró e inmediatamente siguió el mismo camino, -No si tienes una mejor propuesta-.

Ella sonrió y acarició el brazo de Thel con la punta de sus dedos, -La tengo de hecho-, acercó sus labios al cuello del sangheili y comenzó a darle pequeños y suaves besos que dirigió hasta llegar a sus mandíbulas.

Pero el Kaidon interrumpió el juego de la chica, -Veo que eres bastante persuasiva-, apretó las mandíbulas a modo de "sonrisa", y sus brillantes ojos ambarinos mostraron que tenía las mismas ganas de llevar a cabo otro encuentro íntimo con ella. Luego la condujo suavemente de regreso a la habitación, y antes de ceder por completo a la lujuria, comenzó a desabrochar y quitar con cuidado el traje de Nuray.

Convenientemente ella ya se había quitado las dagas y accesorios extra de su armadura desde mucho antes de insinuarle a Thel lo que quería esa noche, de esa manera al Inquisidor le sería mucho más fácil acceder a la piel que tanto anhelaba las caricias de los sangheili. Y aunque le costó un poco más de trabajo, también logró deshacerse de la armadura del Inquisidor.

HALO: CROSSROADS (Español) Where stories live. Discover now