Capítulo Seis

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Harry estaba abrumado, definitivamente. No tenía muy claro porqué pero sí que odiaba sentirse así. En esos momentos deseó con todas sus fuerzas salir corriendo y empezar a beber, pero obviamente no podía. No podía ni siquiera tomar cerveza o vino en esas reuniones. A partir de los veinte le dejarían, o eso decían.

Por otra parte, quería mantenerse así de sobrio. Y había una solo razón: Louis. No quería olvidarse de lo que decía y hacía. No quería olvidarse de cómo se veía. No quería olvidarse de él. Y si se emborrachaba eso era muy probable. Se dio cuenta de que era bipolar, hacía unos minutos deseaba con todas sus fuerzas no volver a verlo nunca más y ahora necesitaba memorizar cada facción suya por si no lo hacía.

-Y entonces el jardinero le dijo: ¡nos vemos cuando podamos!

Un estruendo de carcajadas hizo a Harry darse cuenta de que no estaba solo el chico en la mesa.

Porque la vida lo odiaba, en esos momentos estaba sentado justo donde no quería. En frente de Louis. Él sabía que eso no tendría que haber pasado, ahora no podía concentrarse por tener a ese hermoso fenómeno delante de sí. Al parecer el chico venía contando chistes desde hacía ya varios minutos, pero Harry no se había dado cuenta.

-¡Necesitábamos a alguien así en la mesa!- dijo Gemma al mismo tiempo que le pegaba de forma cariñosa a Louis, estaban sentados al lado- ¡Harry, deberías aprender un poco!

La mirada asesina que le dirigió su hermano hubiese matado a cualquiera. Pero Gemma no caía bajo sus efectos, a ella le gustaba molestarlo y no le incomodaban sus gestos. Al fin y al cabo en el rol de "chico perfecto" no se puede intimidar mucho.

-Ay Gemma, por supuesto que el chico es divertido, pero Harry es inigualable- dijo su madre al mismo tiempo que le daba un beso. Él sintió sus cachetes tornarse rojos y intentó evitar la mirada de Louis, no podría soportarlo-. No te lo tomes a mal... ¿Cómo te llamabas?

-Louis- contestó con una sonrisa-. Louis Tomlinson. Y por supuesto que no me molesta señora, se muy bien que es difícil competir con un chico tan  increíble como Harry.

En ese momento no pudo aguantar más. Volvió la vista a Louis, quién lo miraba con soñadores y perfectos ojos celestes y una pequeña sonrisa. Algo malo estaba ocurriendo. Harry no pensaba en chicos diciendo "soñadores y perfectos ojos".

-Si hablamos de belleza, no te le quedas muy atrás Louis- dijo Gemma.

Un dragón creció en el estómago de Harry, preparado para atacar.

Todos rieron, menos él. A Louis no se le escapó eso. Quería verlo reír, por algo venía contando chistes desde hacía veinte minutos.

-¿Cómo es que llegaste aquí?- preguntó Harry. Tal vez había sonado grosero, no era su intención. Solo quería que pareciera que no le importaba.

-¡Ay es una hermosa historia!- dijo su abuela-. Bueno, yo estaba volviendo de hacer compras. Cargadísima de bolsas y cosas desparramadas de aquí para ella. Me tropecé y...

-¡Ay, no!- interrumpió Anne.

-¡Pero tranquila mujer! No me paso nada. ¿Qué no ves que ando perfecta!- Louis rió, Harry inconscientemente desvió la mirada- Me estaba por caer pero una mano me sujetó. ¡Sí, mi príncipe azul! Literalmente porque con esos ojos querido, no te sorprendas que te asocien con el color azul por el resto de tu vida.

-Me gusta. Es un lindo color- dijo-. Aunque no es mi favorito. Prefiero el verde.

Harry se atragantó con la empanada que estaba comiendo y Louis tuvo que aguantarse la risa. 

-¡Harry! Mi amor, ¿estás bien?

-Solo se atragantó por estúpido.

-¡Marco!- dijo su abuela.

-Estoy bien, no pasa nada.

En ese momento quería que lo tragase la tierra. Louis no tenía como saber que su color era el verde, es decir no porque tuviera los ojos verdes significara que todo lo verde se asociara a él. Obviamente no lo dijo por él. Podia ser su favorito porque... le gustaba el brocoli ¿no? Aunque perderia todo el respeto por el si le llegara a gustar el brocoli.

-Bueno, la cuestión es que el amable Louis me ayudó y además acompañó a casa. No podía hacer menos que invitarlo a comer hoy y él aceptó.

Genial, además de ser hermoso era buena persona. Y el color celeste le gustaba.

Color que presentia, no podria asociar a otra cosa que no fueran sus ojos a partir de ahora.

Catorce Días (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now