Catorce Días (Larry Stylinson)

Capítulo Veintitres

Ninguno hablaba, ninguno se movía.

En realidad, los ojos tanto de Gigi como de Zayn si lo hacían. Trabajaban como máquinas en apuros, posándose en Harry, después en Louis y volviendo a Harry luego. La burbuja que anteriormente envolvía a Zayn y a la chica había sido pinchada apruptamente. Ahora se había formado otra alrededor del ojiazul y el de ojos verdes, reemplazando con violencia e improviso a la anterior.

-Al fin apareces.

Louis casi que asesina a Gigi, estaba loca si pensaba que decir eso era una buena opción. La miró con expresión de enfado pero ella no lo notó, estaba muy preocupada mirando con la misma intención a Harry.

Al decir aquello había dejado en situación de obviedad que él le había contado sobre el rizado, lo había dejado en ridículo. 

Al chico pareció sorprenderle un poco las palabras de la muchacha pero rápidamente volvió su vista a Louis, quién no soportaba más aquel intenso contacto visual, aunque las miradas muchas veces decían más que las palabras, en este caso necesitaba de ellas.

-Em...- comenzó a articular abochornado-. ¿Qué haces aquí, Harry?

Para su sorpresa, el otro ni siquiera meditó la respuesta, como generalmente lo hacía:

-Vine a buscarte- dijo-, porque no soportaba más tener que poner tu plato esperando a que vengas y luego tener que levantarlo vacío.

Había hablado muy rápido, como si de esta manera se le dificultara a Louis entender lo que había dicho. Para que pareciera menos real y de alguna forma, lo volviera menos real. Harry no era de esas personas a las que se les facilitara eso de las palabras, era pésimo. Además cuando hablaba, nueve de diez veces terminaba mintiendo. Estaba acostumbrado. Pero esa vez no lo había hecho. En esa corta y pequeña frase había habido más sinceridad que en sus últimas semanas. Sospechaba que era porque Louis tenía que ver, siempre lograba sacar lo mejor de él y eso que lo estaba viendo por primera vez luego de casi un mes.

El ojiazul quedó con la boca abierta, eso si que no se lo esperaba. Podía sentir los ojos de todos los presentes en la habitación clavados en él y eso tampoco ayudaba. Era la primera vez que Zayn y Gigi veían a Harry ¿por qué no lo miraban a él?

No sabía muy bien que contestar. ¿Debía darle las gracias? ¿Pedirle perdón? ¿Decirle que no tendría porqué haberlo venido a buscar? No, todas esas opciones eran malísimas. 

Ante su silencio, Harry comenzaba a impacientarse. 

No tendría que haber dicho eso, lo había asustado. Pero era la verdad, ya había perdido la cuenta de cuantas veces había discutido con Gemma para lograr hacer un espacio en la mesa y poner un plato para Louis, quién nunca llegaba. Sabía que todos se preguntaban porqué de repente el chico tenía tanto interés en la presencia del otro, pero también sabía que sus hipótesis no estaban ni cerca de la realidad, que al fin y al cabo, él tampoco conocía.

-Bueno, ¿vienes o no?- le preguntó nervioso Harry, el hubiese esperado que Louis saltara a sus brazos agradeciéndole su invitación, no que se quedara en completo silencio.

El castaño emitió una leve sonrisa.

-Me encantaría, Harry- dijo y el rizado sonrió de oreja a oreja-. Pero no puedo.

Todo rastro de felicidad se esfumó. Zayn y Gigi lo miraban confundidos.

-¿Qué? ¿Por qué no?- preguntó, algo irritado el ojiverde.

¿Acaso tenía idea de lo que le había costado decidirse para por fin aparecer allí? ¿De las largas noches en las que pensaba si era lo correcto? ¿Cómo se atormentó por días pensando que tal vez se lo encontraba con el chico del bar? Por fin se había decidido, y todo para terminar en el rechazo.