Capítulo Treinta y Dos

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Se sentía muy mal. No solo había perdidos los estribos y gritado a Harry todo lo que sentía, sino que también lo había echo mientras su padre estaba muriendo, literalmente.

Bravo Tomlinson, siempre haciendo lo correcto.

-

El rizado abrazaba a todos en la familia, inclusive a Louis. Ellos lloraban en sus brazos, sobretodo las más pequeñas que tenía menos consciencia y creían en que su padre era buen hombre. Lottie apenas estaba inmutada, aunque sí se la veía algo pasmada, Johannah tenía los ojos rojos pero tampoco lucía demasiado triste. El que sí estaba mal era Louis, pero el ojiverde ignoraba que la principal razón de su estado lo involucraba a él.

Troy Tomlinson tenía firmada la orden de no resucitación, por lo que al ver que no sería posible que saliera del estado de coma, no les quedó más opción que desconectarlo de todos los aparatos y dejarlo descansar en paz. A pesar de que todos sabían que era lo correcto, siempre estaban esas ganas de obligar a hacer más, incluso teniendo en cuenta de que probablemente la muerte se la haya buscado él solo.

Los Tomlinson y Harry se encontraban en la salida del hospital, a punto de volver a tomar caminos separados. El muchacho temía que Louis se apartara, y no solo de él, sino también de su familia. El ojiazul tenía a las gemelas agarradas de la mano y se disponía a despedirse, ya llevaban más de diez minutos parados en la puerta sin hacer ni decir nada. Todos hundidos en sus pensamientos.

-Louis- dijo Johannah, rompiendo el silencio-. Por favor no te vayas.

La forma en la que lo había dicho... era una súplica, no una orden.

-Mamá- respondió él-. Yo... tengo mi vida y debo volver a trabajar. Esta semana no estuve yendo para poder acompañarlos pero... además está Harry y debo..

-Louis- lo interrumpió él-. Ve con tu madre y tu familia, no pretendas que no quieres y deja de actuar como un niño ofendido que se mueve por el instinto de su orgullo.

No sabía de dónde había sacado la fuerza para decir eso, pero lo había estado pensando desde el primer día. Si Louis podía decir lo que pensaba, ¿por qué él no? Si Louis podía dañarlo siendo honesto, ¿por qué él no?

-Wow, ¿sabes hablar?- preguntó Lottie sarcásticamente-. Creí que solo mirabas.

La indirecta no fue difícil de captar. Frunció el ceño.

-No le hables así- saltó el ojiazul-. Y tu no me hables así- dijo dirigiéndose a Harry.

-Louis, por favor al menos ven con nosotros a cenar- rogó Johannah ignorando a todos los demás-. Somos tu familia aunque no quieras.

-¿Quién dijo que no quiero?

-¡Tus malditas actitudes!- gritó Lottie-. ¿Acaso crees que no nos duele... que no le duele a mamá el hecho de que ni siquiera llames para las fiestas?

-¡Tu no eres quién para hablar porque vives muy ocupada con tus asuntos en ciudades de alta clase!

-¡Basta los dos!- los interrumpió-. ¿¡Cómo se atreven a discutir cuando acaba de morir su padre, y aún pero, cuando por fin estamos compartiendo un momento juntos!?- ambos enmudecieron de inmediato, incluso Harry intentó de alguna manera hacer más silencio, incluso cuando ni siquiera estaba hablando-. Lottie él sabe perfectamente en lo que se equivocó y espero que tenga en claro qué debe hacer para arreglarlo. Y tu Louis, piensa un poco. ¿Tan malo sería venir a simplemente cenar con tu familia? ¿O tienes algo mejor que hacer?

El chico con contestó, dirigió una mirada rápida a Harry y luego negó con la cabeza.

-Entonces me obedecerás, vendrás a tu casa y hablaremos como personas adultas que somos- dijo-. Eres mi hijo Louis, y el que yo eduqué no salía corriendo cuando algo se ponía difícil. Él lo enfrentaba incluso cuando sabía que perdería y eso lo convertía en la persona más fuerte del universo, de la que yo estaba orgullosa.

Catorce Días (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now