Capítulo Cuarenta

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Quedan menos de diez caps!!!

Supongo q conocen la cancion, no tiene mucho q ver con el cap pero me encanta y me hace llorar siempre.

-

"Si te vas y no te detienen,

sigue caminando.

Acabas de tomar la mejor decisión"

No estaba seguro de haberlo hecho.

-

Ambos muchachos cruzaron con mucha dificultad a la próxima cuadra, los primeros rayos de sol ya comenzaban a aparecer, molestando al ojiazul.

-Ya, un poco más Tommo.

Zayn cargaba como podía a Louis, arrastrándolo en peso muerto y con todas sus fuerzas. Lo había traído así desde hacía varias cuadras, convenciéndose a si mismo de no soltarlo. El castaño estaba fuera de sí, sin poder mantener el equilibrio ni hablar con coherencia, en un estado de total ebriedad. Eran casi las seis de la mañana, y todavía no había recuperado la consciencia.

-Vamos amigo, coopera un poco- le dijo. La tarea se estaba volviendo cada vez más difícil, pues gracias al cansancio, Louis se volvía cada vez más pesado y complicado de trasladar-. Ya llegamos, ¿me escuchas? Intenta caminar, no tengo más fuerzas.

El ojiazul no contestó, recibiendo las palabras de Zayn como si se las hubiera gritado desde kilómetros de distancia, a penas aludibles. Estaba mareado, le dolía a cabeza y tenía ganas de vomitar. Todo seguía dando vueltas ante sus ojos, se sentía horrible. Su plan había salido desastrosamente mal, pues se seguía sintiendo herido. Y en toda la noche no había conseguido olvidar a Harry.

De cualquier manera intentó controlarse, mover los pies y ordenárles que reaccionen. Valió el intento, pero Zayn terminó haciendo toda la fuerza de igual modo. No se quejó otra vez, simplemente siguió caminando con una versión de Louis extremadamente borracha a rastras y con gotas de sudor en el rostro.

Que ironía. A pesar de todo, la noche era dentro de todo bonita. El cielo estaba despejado y no hacía tanto frío como de costumbre. El sol prometía calidez para el día siguiente. 

El mundo parecía reírse en la cara de Louis, haciendo eco en sus oídos con una maléfica carcajada.

Luego de algunos minutos, por fin se hicieron ante el departamento del morocho, pues él había decidido traerlo allí ya que se encontraba más cerca y de esa forma se aseguraría de no dejarlo solo. Liam no estaba, había ido a pasar el fin de semana con su novia. De esta forma, quedaba solo para los dos.

Entraron con mucha torpeza y Zayn no lo soltó hasta que estuvieron en la puerta del baño, sabiendo que el otro no tardaría mucho en comenzar a vomitar. Conocía muy bien los efectos del alcohol, y también sabía que Louis no estaba acostumbrado a ellos. Y no se equivocaba, pues a penas el ojiazul se deshizo de su agarre corrió como pudo al inodoro, comenzando a largar toda la mezcla que tenía adentro.

El morocho se sentó a su lado, al ritmo que le daba tiernas palmaditas en la espalda, sabía que estarían allí por varios minutos.

-¿Mejor?- preguntó cuando el ojiazul se detuvo y incorporó la cabeza.

Negó.

-Ne-necesito...- arrastraba las palabras y le costaba hablar-, necesitaría v-vomitar lo... lo que siento para e-estar mejor- consiguió articular entre hipidos.

Zayn le sonrió de forma empática.

-Lo siento amigo- dijo con sinceridad-. Debo admitir que cuando te llamé hoy me esperaba encontrar con un Louis feliz y risueño, no con uno borracho y con el corazón roto.

Catorce Días (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora