Capítulo Dieciocho

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El clima no había mejorado ni un poco, en realidad habia empeorado. Ahora llovia. Lo curioso era que estando con Louis, él hubiese jurado que hacía la tarde más linda del año.

Harry caminaba casi trotando por debajo de la molesta llovizna, sin detenerse a mirar atrás. No sabía a donde iba, solo tenía en claro que debía alejarse lo más que pudiera del ojiazul. Sentía que una fuerza los mantenía unidos y, por alguna razón también sentía la necesidad de romperla. Las extrañas emociones que crecían en su interior como maleza se negaban a siquiera contribuir con el hecho de que pudiera concentrarse en seguir su camino en paz. Su cerebro actuaba en su contra, reproduciendo una y otra vez la escena sucedida en la panadería, como si se tratara de un disco rayado. El rizado podía casi ver la cara de Louis a pocos centímetros de su rostro, sentir su cuerpo... casi como si estuviera pasando de nuevo.

Una estruendosa bocina surgió del silencio.

-¡Cuidado mocoso! ¡¿Acaso quieres que te maten?! ¡FÍJATE POR DONDE VAS!

Harry estaba tan agobiado que ni siquiera prestaba atención a dónde lo dirigían sus pies, y en ese momento lo habían guiado a la calle, la cual tenía el semáforo para peatones en rojo.

-Lo... lo siento- pudo articular él, tras recomponerse del susto. Pues el auto casi que lo pasa por arriba.

Las gotas de lluvia resbalaban por su rostro, sentía el pelo empapado y la nariz fría. Unos segundos después se dio cuenta de que estaba temblando. La realidad era que tampoco había salido muy abrigado y todo el calor que había logrado sentir en el interior de la panadería ya se había esfumado. Además se había olvidado de su abrigo. Estaba tan preocupado por alejarse de Louis que no se había tomado el tiempo de fijarse en cargar sus cosas.

"Bueno, eso es bueno. Te dará una excusa para volverlo a ver" dijo una vocecita en su cabeza.

Por un momento no se sintió tan desdichado. Un segundo después recobró la compostura y se dijo a si mismo que era la peor tragedia que podría haberle sucedido. ¿Volverlo a ver? ¡No! ¿Cómo se suponía que debía actuar? Era obvio que el ojiazul había sentido lo mismo que él, o eso creía Harry... Aunque, ¿qué era lo que él había sentido? Mmm... felicidad, tranquilidad, una cálida sensación hogareña. Nada más.

"¿Seguro que nada más? ¿Te olvidas de la parte en el que casi lo besas?" volvió a repetir esa horrible voz. Vaya que Harry odiaba esa parte de su cerebro, pero debía admitir que tenía razón. Sí había sentido algo más y no podía fingir que no. Desde un principio que estaba ese sentimiento ahí, rondando solo y confundido, desorientado y sin saber que hacer. El problema era que el ojiverde no tenía ni idea de que se trataba, creía nunca haber sentido algo así.

 A ver, se trataba de afecto claramente. A Harry le agradaba Louis, era muy divertido y tierno. Se sentía a gusto con él, como con cualquier persona. Aunque en realidad, Harry Styles no se sentía a gusto casi con nadie ni tampoco nadie con él. La gente lo describía como amargado, egocéntrico o infeliz y esas palabras lo único que lograban en el muchacho era justamente convertirlo en ello. Pero Louis no había hecho eso. No, él no. Lo había tratado con amabilidad y cortesía, haciéndole sentir cómodo. Aquellos pequeños actos habían logrado que Harry actuara imitándolo. Había abierto un cajón de emociones en el corazón del muchacho que este había cerrado hacía ya mucho tiempo. También de actitudes. Era como si lo hubiese despertado de una pesadilla y demostrado que en realidad todo había sido un mal sueño, que la vida en realidad no era tan mala y que tenía muchas cosas aún por descubrir. Todo eso en cuatro encuentros. Era demasiado raro.

Un rayo estalló en el cielo, haciéndolo recordar que no estaba abrigado en su cama sino que caminando sin atención en las calles tormentosas. Por alguna razón siempre que pensaba en algo relacionado con el chico de ojos azules se olvidaba de todo a su alrededor. Sí, Louis Tomlinson lograría que lo maten.

Se tomó unos segundos para secarse un poco el pelo y quitárselo de los ojos y frente (con la lluvia los cabellos se le habían pegado a la piel). Al parar se percató de que tenía la respiración acelerada y el corazón también, había estado corriendo y ni se había dado cuenta. Necesitaba llegar a algún lugar bajo techo lo antes posible o moriría: congelado, arrollado o tocado por un rayo. Sí, Harry Dramático Styles.

Por primera vez desde que había abandonado la panadería se dedicó a mirar a su alrededor, para intentar ubicarse. No estaba para nada cerca de su casa ni de la de su abuela, mejor, pues no tenía ganas de encontrarse con su familia. Le harían muchas preguntas para las cuales no tendría respuestas concretas, que eran las que les gustaban a su familia. En consecuencia, lo atormentarían con insinuaciones hasta que explotara. Tampoco tenía qué decirles, bueno obviamente la verdad no entraba en las opciones. No podría llegar y simplemente decir: "Oh, fui a donde trabaja Louis Tomlinson, el casi desconocido de hermosos ojos celestes que viene a comer cada catorce días a lo de la abuela, porque me interesa más estar con él que con ustedes y ni siquiera tengo idea de porqué. ¡Ah y me olvidaba! da la casualidad de que es empleado en la misma panadería que yo y que por eso no vino hoy temprano. La pasamos muy bien, como cualquier pareja de amigos. Oh, excepto por el hecho de que le mire el trasero y me caí encima suyo, pero tranquilos no lo besé ni nada"

Tan solo pensarlo lograba que se le retorciera el estómago. Necesitaba despejarse inmediatamente y sabía quien lo ayudaría a lograrlo.

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this little shit i hate this chapter.

mañana actualizo.

byee

Catorce Días (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now