VII

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Esa noche no había podido dormir. Su mente lo obligaba a sacar conclusiones de cuál sería su siguiente paso.

Ahora tenía a Louis y a Harry distanciados, había logrado su objetivo y eso no podía hacerlo más feliz.

Cuando llegó a su casa, lo único que pudo hacer es pensar en lo malditamente hijo de puta que era para conseguir lo que anhelaba y, la satisfacción recorría cada centímetro de su cuerpo.

—Voy a terminar con su amor, así como tu padre acabó con el mío— dijo para sí mismo.

...

Después del difícil día que tuve ayer, me encontraba exhausto. Quería quedarme en la cama para siempre, pero debía ir a la segunda cita con el ginecólogo y también al supermercado.

Cuando entré al consultorio, mis ojos se cerraron y di un fuerte suspiro.

Me encontraba de nuevo ahí... solo.

Habíamos imaginado tanto este momento con H y estar experimentando toda esta etapa sin él, hacía que sintiera una opresión en mi pecho.

Había llegado al punto de confusión más desesperante; ahora mismo no quería obtener respuestas, lo único que me interesaba era dejar de sentir ese sentimiento abrumador, quería dejar de sentirme perdido y enfocarme en el cachorro que llevo dentro de mí.

—Sube a la báscula, Louis— decretó el doctor, interrumpiendo mis pensamientos.

Tenía 2 kilos de más. Debía seguir una dieta y mi cachorro se encontraba bien.

—Evita estresarte, Louis. Tu embarazo marcha bien, pero no queremos tener ninguna complicación, ¿cierto?— ¿Por qué me estaba diciendo eso? ¿Algo se veía mal en mí?

—Sí— contesté simple.

—¿Tu pareja te acompañará en citas posteriores? Es pregunta de rutina, disculpa si te incómodo, pero verás; al ser un embarazo peculiar, necesita atenciones diferentes a los embarazos comúnes.

Oh, ¿cómo le explicaba al doctor que una puñalada al corazón, dolía menos?

—No, doctor. No estará presente—dije tajante.

—Perfecto, acondicionaré todo para ti. Puede que sufras mareos y náuseas constantemente.

—Gracias, doctor.

...

El día estaba nublado, el aire provocaba un ligero ardor en sus mejillas y dejaba ver un leve enrojecimiento en su naricita. Disfrutaba de las caminatas en las que su cerebro cooperaba y lo hacía distraerse en las personas y paisaje que lo rodeaba.

Caminaba directo al supermercado, quería comprar muchas cosas, ahora su nuevo pasatiempo favorito era ver videos de recetas en su red social e intentar hacerlas, para después tumbarse en la enorme recámara y degustar su propio manjar.

Hoy, cocinaría pasta con queso, mucho, mucho queso.

¿Debería invitar a Jo? Le debía una cena después de todo, ¿no?
Es sólo que no quería que las cosas se malinterpretaran.

Se hallaba molesto y se reprochaba asimismo, porque estaba limitándose a hacer cosas que él quería, para no molestar a Harry, cuando claramente a este último no le importaban los sentimientos de Louis.

Y tal vez el error de Louis era ese; siempre comparando su actuar con el de H, siempre haciendo cosas que cree correctas, siempre cayendo ante las constantes jugadas que le hacía su mente al arrastrarlo al recuerdo de su luz.

*******

"Gracias por siempre encontrarme, L".

"Tu luz me guía, H".

...

Habían discutido fuertemente, Harry terminó azotando la puerta del departamento y Louis se encontraba con un puchero en su rostro.

Era una tontería, realmente. Harry estaba enfurecido con Louis, porque llegó al departamento justo cuando Niall había pasado a presumirle la lencería que había comprado para modelarle a Gael y estúpidamente decidió que quería ensayar con Louis.

Harry entró al departamento y encontró a dos chicos delgados semidesnudos.
Los celos lo habían enloquecido y su raciocinio se había tomado unas vacaciones.
Sabía que "Niall y Louis" , era imposible, pero su corazón latía aceleradamente y no le llegaba oxígeno al cerebro, nublándole el pensamiento.

Harry jamás ha sido grosero con L y esta vez no había sido la excepción, estaba furioso, pero jamás le levantó la voz, sólo se dio media vuelta y se largó, dejando a ambos sin palabras.

Ya habían pasado cuatro horas y Harry no hacía acto de presencia, Louis estaba comenzando a preocuparse y perder los estribos. Decidió acudir a su medida de emergencia, la cual consistía en localizarse uno al otro con sus pulseras de metal a las cuales les habían implantado un gps, esto con la finalidad de mantener a salvo a Louis, pues ya algunas veces habían intentado secuestrarlo. Era conocimiento de todo el mundo que era la pareja de uno de los magnates más importantes en el medio.

Su ubicación lo llevaba a un bar.
Harry, ¿ebrio?

Cuando sus ojos se encontraron, brillaron. H hizo un puchero y corrió a abrazar a L, tomándolo por la cintura.

—Viniste—murmuró, sujetándolo firmemente.

—¿Por qué no lo haría?

—Me avergüenza mi comportamiento, soy un tonto—susurró bajito.

—Lo eres— afirmó el más pequeño, dando un beso en el hoyuelo derecho del rizado.




—Nay. ✨

BewildermentWhere stories live. Discover now