Bewilderment

¿El comienzo o el final?

—Louis, por favor, deja de hacer berrinches propios de un niño de 5 años —escupió exasperado.

—De acuerdo, así que, querer pasar contigo nuestro cuarto año de noviazgo, es un berrinche —Contraatacó indignado y sorprendido.

—Te dije que tengo cosas importantes que resolver en la empresa.

—Bien —prefirió no seguir insistiendo o iba a llorar y no quería parecer un niño como Harry había dicho.

—Bien —sentenció.

El aire le helaba la sangre y estaba cerca de soltarse a llorar como un grifo sin filtro.
Louis no estaba entendiendo qué le sucedía a Harry; estaban a siete meses de consumar su matrimonio y en las últimas dos semanas, el ojiverde estaba distante y descortés con el castaño. Más de una vez le pidió una explicación, recibiendo este, sólo una mueca de disgusto de parte del ruloso seguido de un —no ocurre nada, ¿puedes dejarme trabajar? —

Estaba quedándose por fin dormido cuando la puerta del departamento se abrió abruptamente, de esta entraba el que había tenido todo su amor en los últimos cuatro años de su vida. Estaba enojado, podía sentir su mirada furiosa posada en su cuerpo tumbado en el sofá.

—Louis, tienes dos minutos para largarte de mi apartamento.

¿Qué? ¿Louis había escuchado bien? fue en ese instante en el que deseó tener problemas de audición.

Harry lo estaba echando de su apartamento. Sin ninguna oportunidad de objetar, fue tomado por el fuerte brazo del más alto y llevado arriba, arrojando una maleta a sus pies para que empacara sus cosas.

No podía hablar, eran puras incoherencias las que estaba balbuceando. Se sentía en un sueño, su cabeza daba vueltas y sin más, dio la vuelta para comenzar a bajar las escaleras y abandonar el lugar.

Pero una ronca voz lo detuvo.

—El anillo, dame el jodido anillo, Tomlinson.

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