XIX

502 67 24
                                    

Louis.

No sé cómo reaccionar, es decir, estoy molesto. Furioso.

Soy yo, es mi cuerpo, puedo reconocerlo, tiene los lunares en los lugares indicados, no hay manera de que no sea yo.

—Yo... No entiendo... No... —me cuesta trabajo formular la oración.

Las lágrimas salen sin permiso y caigo de rodillas al piso, estoy tan desconcertado, ¿qué demonios está pasado?

—Por eso rompí el compromiso —confirma lo que vengo pensando desde que me mostró las imágenes.

Se inclina también para poder ponerme de pie, pero mi cerebro no manda ninguna señal a mi sistema nervioso y soy incapaz de realizar algún movimiento.
Se me está cayendo el mundo en pedazos y siento que me ahogo con la abrumadora sensación. No puedo manejarlo.

—¿También por eso te comprometiste con Daniel? —pregunto con la voz rasposa —Yo no me acosté con nadie, pero tampoco sé cómo desmentir estas fotografías... Parecen tan reales —digo desesperado y me es imposible controlar el sollozo al final del enunciado.

Me siento como un vil mentiroso y me doy asco, quiero quemar estas fotografías y despertar de la maldita pesadilla.

Mi cerebro no coordina y le es imposible ordenar las ideas.

—Me comprometí con Daniel para lastimarte, porque además de eso también hay un contrato firmado por ti en el que autorizas sumas de dinero que yo desconozco y porque hay una grabación de una conversación en la que te involucra en el asesinato de mi madre biológica —termina y me sorprende lo que me acaba de soltar, pero también la tranquilidad con la que lo hace.

Suelto una carcajada carente de humor. En qué momento esto se convirtió en una película de mierda.

—¿Qué carajos, Harry? ¡Yo no pude haber matado a tu madre! —sostengo mi cara con ambas manos, porque no tolero las punzadas que me acechan —¡Ni siquiera la conocía, Dios! —cierro los ojos y me concentro para regular mi respiración.

—Hay pruebas.

—¿Hace cuánto lo sabes? ¿Por qué no me enfrentaste? ¡Podríamos haberlo resuelto, evitándonos todo el drama!

—No había nada qué resolver, estaban las cartas sobre la mesa —musita con la mirada perdida.

—Quiero irme de aquí —demando.

—No puedes. Hace días alguien te sigue, tu escolta me lo informó, lo que hizo que comenzará a sospechar que todo era una farsa bien estructurada —desvía la mirada de mis ojos —El secuestro... ¿por qué lo llevaron a cabo si hacía dos días informé a la prensa nuestro rompimiento? ¿Cómo sabían que mi concentración se iría a la mierda teniéndote en esa situación y justo en la firma más importante que tendría la empresa? —se da media vuelta para tomar  un largo suspiro —por eso te traje aquí, necesitaba tenerte conmigo para sentirme seguro de que nada te pasaría y sabía que no me lo permitirías de otra manera. Le pedí ayuda a mi familia para que intervinieran.

Es demasiada información y sigo procesándola.

—¿Por qué mi escolta te informa lo que ocurre y no a mí? —pregunto con la furia abrazando mi cuerpo.

—Porque nunca has dejado de tener la misma escolta. Por lo que todos los informes de la semana, los tengo yo.

—¡Pero si tú dijiste que no tenía escolta! —mi paciencia ha terminado aquí.

—Te mentí.

—¿Por qué?

—Porque no quería que pensaras que aún viéndome la cara, me preocupaba por ti.

Trago saliva y el nudo en mi garganta no desaparece.

—¿Quién querría separarnos y qué ganaría con ello? —le dejo saber mi confusión.

—¿Aún no entiendes que eres mi pilar? Si no estamos juntos, no funciono.

—No quiero estar con alguien que no confía en mí y tampoco vivir con miedo debido a que un maniático quiere separarnos ¡¿Te das cuenta de que pudieron haberme violado y tú ni siquiera te has preocupado por ello?! —grito, porque no sé de qué otra manera hacerle saber mi desespero —¡Ni siquiera cruzó la idea en tu cabeza! ¡Sólo asumiste, maldita sea!

—Nadie va a acercarse a ti de nuevo.

—¡No te creo!

—No tienes idea de mis alcances, Louis.

—Por eso es mejor estar lejos de ti.

—Ya te dije que no funciono sin ti.

—Ya lo habías decidido una vez —murmuro.

—Deja de hablar. No voy a permitir que te vayas.

—No, sí me voy, pero tu corazón se viene conmigo, me lo entregaste cuando me mostraste las constelaciones en tus ojos, cuando me contaste tus miedos aquella noche en el sótano de tu antiguo departamento, cuando compartiste conmigo los esporádicos momentos en que fuiste feliz y, ahora... —le sostengo la barbilla con firmeza—, te amo más que ayer, incluso más de lo que te amaré mañana, porque me aterra dejar de vivir y no haberte amado lo suficiente —cierro los ojos un momento —y ese será tu castigo, porque nunca amarás a nadie como me amaste a mí.

—Quédate, entonces, y cerciorate de amarme lo suficiente.

—Las cosas no funcionan así —sonrío de lado —me humillaste, te revolcaste con Daniel en la oficina en la que tú y yo tantas veces disfrutamos de nuestros cuerpos.

—No, nunca me follé a Daniel, sólo eso te hice creer.

—¡Vete a la mierda, Harry! —escupo —Espero que resuelvas esto y me informes qué fue lo que hicieron conmigo esa noche —digo con el nudo en la garganta aún presente —no vaya a ser que el hijo que espere sea producto de ello —y disfruto decir eso último, porque sé que lo estoy hiriendo con la culpabilidad que ahora está sintiendo.

Es improbable, pero eso Harry no lo sabe y mi cerebro ya no mide las palabras.

—¡No digas estupideces! —contesta furibundo

—¡Y tú deja de hacerlas! —contraataco.

Suena el teléfono de Harry y contesta de inmediato cuando ve el remitente.

—¿Qué ocurre? —contesta con angustia evidente.

No sé qué le dicen al teléfono, pero en cuestión de segundos me toma de la cintura y nos tumba al suelo, quedando encima mío.

Se escuchan disparos, después una explosión y dejo de oír. Estoy aturdido y me siento mareado pese a que estoy acostado, todo me da vueltas. Quiero vomitar.

Harry se levanta y me dice con las manos que no me mueva de donde estoy. Como si pudiera, de todos modos.

La ironía no me abandona ni en la situación tan abrumadora en la que estamos.

—Amor, ¿me escuchas? —me sostiene la cara con ambas manos y reparte besos por todo mi rostro. Está preocupado.

Asiento con la cabeza y plasmo un beso en sus labios, porque estoy molesto con él, pero su boca es un tranquilizante y ahora mismo lo necesito.

Siempre necesito a Harry y me aterra no poder vivir plenamente sin él.







----
Si recomiendan la fic, no me enojo. 🙊🥺

Las qm, me hacen muy feliz leyéndome y les juro que los pocos comentarios que hacen, me sacan una  sonrisa siempre.

Nay.

BewildermentWhere stories live. Discover now