Docre Montgomery.

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Había llegado alguien nuevo al pueblo, no sabia quien era, pero todos decían que era un poco extraño, el se había mudado solo, a un pueblo tan insignificante como este, se escuchaba el rumor que era un criminal, es algo idiota, cada que llega alguien aquí, creen que es un asesino en serie, ya que si vienen a este pueblo es por esconderse o por que quieren terminar con su vida, yo estoy aquí desde toda mi vida, mi madre me dejó con mis abuelos y bueno ella nunca regreso, mis abuelos tenían la única granja de el pueblo, producíamos leche, carne y huevos, así que por lo tanto todo pueblo nos conoce, ya que les vendíamos a las dos tiendas del pueblo y a parte los pueblerinos podían comprar aquí.

Estaba cosechando a las vacas cuando alguien fuera del corral hablo.

–Ey, buenos días, quería pedir diez huevos de gallina.

–Mi abuelo atiende adentro. Eres el nuevo ¿no?

–Docre Montgomery, mucho gusto– El extendió su mano y yo sé la tome.

–Me llamo _____.

–Permiso, iré a comprar esos huevos de gallina.

–Espero verte pronto.

–Es un pueblo pequeños y chismoso, lo harás– después de esa pequeña platica lleve los botes llenos de leche en donde estaba mi abuela, para que ella los pusiera a hervir, después de un día lleno de trabajo salí de ahí y fui a un restaurante de paso fuera del pueblo. Me senté en una de las mesas solas y me puse a tomar aquella bebida de limón, después de un momento, aquel chico apareció.

–Hola de nuevo– Sonrió sentándose en frente mío.

–Nos encontramos de nuevo.

–Es correcto.

–¿Pedirás algo?

–Pedire lo mismo que tú, en el pueblo no hay nada.

–¿Te molesta si te pregunto por qué te cambiaste?

–No en realidad, me mudé por qué ni tenía ya nada que hacer en los angeles

–Yo también era de haya, no recuerdo cómo era, por qué solo nací haya, más no viví haya.

–Ou...

–Es una larga historia.

–Hay que salir algún día.

–Creo que ya salimos– Hablé.

–Rienes razón.

(...)

Han pasado unos cuantas semanas en el pueblo, a estado un poco descontrolado, hace una semana había sido asesinada una joven de la familia de al lado, la encontraron en el río del pueblo, había sido violada, también un anciano, no fue violado, pero si asesinado, yo estoy bien, e estado saliendo con Docre, es lindo, dulce, simplemente alguien diferente en el pueblo, hoy estábamos sentados a fuera de la granja platicando.

–¿Que has estado haciendo está semana?– Pregunto Docre.

–Preocupada... Ya sabes por lo que está pasando.

–A ti no te va a pasar nada– Lo mire extrañada.–¿Que? Es por qué yo te protegeré.

–Es solo que temo por mis abuelos, son mi todo, no me quiero quedar sola.

–Lo entiendo, espero que den pronto con ese idiota.

–Es extraño ver eso en este pueblo, ya sabes nunca había pasado nada de esto antes.

–Espero que el Sheriff descifre esto.

–Si, eso espero.

(...)

Ha pasado ya un mes desde que Docre llegó a mi vida, el la está cambiando, es demasiado lindo, creo que me estoy enamorado, ya me a dado mi beso, el es mi primer beso... Pero las cosas en el pueblo van de mal a peor, Han matado ya a más de 5 mujeres, cada una de ellas violadas y torturadas hasta la muerte, no hay rastro del asesino, es bueno ocultando pistas, además que también a matado a hombres a unos tres en total van diez muertes en un mes en este pueblo, estaba riendo junto con Docre a mi lado, vinimos a el restaurante de paso, compramos un postre muestras tomábamos nuestra limonada.

–¿Entonces vendrá tu amigo por unos días?

–Si, vendrá a visitarme, de quedara aquí un mes.

–Que bueno, espero conocerlo.

–Lo haras, lo haras.

(...)

Ha pasado un mes y medio, Docre y yo ya salimos de la mano, nos besamos de ves en cuando, eso confirma que si estoy enamorada, las muertes en el pueblo subieron a quince, tres mujeres, dos hombres, mujeres violadas, hombres no, esto ya me estaba dando mucho miedo, no quiero acabar así como ellas. Estaba en la casa de Docre, hoy llego su amigo, no me agrado demasiado, creo que se sobrepasaba conmigo, Docre lo notaba y trataba de alejarlo de mi, después de la cena incómoda con su amigo, Docre me llevo a mi casa antes de que el toque de queda llegará, me senté junto a mis abuelos viendo como trabajaban en la carne, separando todo el charola de plástico, a mi no me gustan ayudar en eso, se me hacía muy tétrico, solo ayudaba a recaudar los huevos de las gallinas y cosechar vacas, pero este no era el momento, subí a mi habitación, me deje caer en la cama y caí dormida, al día siguiente, sonó la alarma a las cinco y media de la madrugada, nos despertamos todos los días a esa hora para empezar a trabajar, así que me levanté, le di los buenos días a mis abuelos y me senté a lado de ellos.

–Viste que el tal amigo de tu novio murió.

–¿¡Como!?

–Lo encontraron en el río a las tres de la madrugada.

–¿Puedo ir con Docre?

–Adelante, debe estar devastado.

–Gracias abuelos, en un rato más vuelvo– Me subí a la camioneta de mi abuelo y fui a toda velocidad a casa de Docre.

Baje de la camioneta, toque su puerta un par de veces, está se abrió sola.

–¿Docre?– llame pero nada, no salió nadie, me adentre a la casa, vi como un charco de sangre estaba en su cocina, trague saliva, y mi corazón se acelero, estaba casi muerta des susto, camine a dónde se dirijía el rastro de sangre, la escena fue asquerosa y casi me desmayaba, era Docre hechando a una bolsa una chica, al darse cuenta que estaba ahí se paró. –Mataste a tu amigo.

-_____, te dije que te iba a proteger.

–Tu... Tu no solo mataste a el, has matado a más gente– Después de decir eso salí corriendo de la casa, escuchando como pasos de acercaban a mi, yo solo corrí hasta quedar afuera de la casa pidiendo ayuda, gracias a cualquier cosa iba pasando el Sheriff.

–Es el ¿Verdad?– dijo sacando una pistola, yo solo asentí.

(...)

Le dieron pena de muerte, el se vino al pueblo a esconderse de los 150 asesinatos que había cometido en los Angeles, yo no sé cómo me sentía al respecto, solo se que me enamoré de un asesino psicópata.

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