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—Antes que todo, quiero decirte que te amo—. suspiró, inhaló fuerte y habló. —Lo que yo quiero es—. Volvió a suspirar. —Quiero irme con vos.

No tengo palabras para expresar que pasó en ese momento por mi cabeza, la amaba como a nadie, y ella estaba aceptando irse a vivir conmigo, al otro lado del mundo, íbamos a tener a nuestros familiares lejos de nosotros, y la realidad era que eso no me gustaba, pero tenerla cerca iba a recompensar todo lo malo que podría ocurrir.

—¿Salvador? ¿Salvador?—. La miré a los ojos, y lo único que pude hacer fue acercarme a ella y abrazarla muy fuerte.

—Gracias gracias—. No paré de decir, y comencé a besar su rostro.

—Yo lo estuve pensando una semana, y no fue fácil, pero lo hable con papá, Marión y los chicos—.Tomé su mano. —Ellos me ayudaron a tomar valor para hoy estar acá.

Solo dos preguntas rondaban en mi mente ¿Mi familia lo sabía? ¿Mi hermana sabía de esta decisión? Me dí vuelta para ver a nuestras familias unidas, nos acercamos y fundimos en un abrazo multitudinario.

Milena se fue con su familia, y yo me acerqué a mi hermana, tenía que preguntarle si ella sabía.

—¿Aní?—. Llamé su atención, tomando a Felipe en brazos.

—Si Salva, ¿Qué pasó? ¿Ya me estás extrañando?— preguntó en tono de burla y una sonrisa fingida.

—¿Lo sabías?—. Ella rodó sus ojos y negó —¿Estás segura Ana?—. volvió a negar.

—Le pregunté, pero no me respondió, me acabo de enterar, aunque si ella me hubiera pedido no decir nada, hubiera respetado su decisión Salvador—. Sonreí, mi novia era afortunada de tener a mi hermana, ambas se merecían esta hermosa amistad.

—No puedo creer que sa va conmigo—. Sonreí como un tonto.

—Espero que lo hagas bien hermano, porque la queremos mucho, no quiero presionarte, pero íbamos a tener una boda—.Cruzó sus brazos.

—Y la boda se va a realizar, tranquila hermanita que yo también quiero dar ese paso con mi novia, debe ser algo especial, ella se lo merece..

Santino se acercó a mí con paso acelerado —Si la lastimas, te mato—.Sonrió, pero yo sabía que él era capaz de eso y más por Milena.

—No le va a pasar nada, voy a estar con ella, siempre, en todo momento, voy a cuidar de ella Santino—. Él sonrió complacido con mis palabras.

—Más te vale—.Dijo, e hizo algo que no esperaba de él, me abrazó y palmeó mi hombro. —Enserio, cuidala por favor—. Susurró.

Esta era la familia de Milena, todos la querían y cuidaban como su piedra más preciada, lo que ellos no sabían era que mi novia era la mujer más fuerte del mundo, ella era mi ejemplo de vida, la superación, los logros que había obtenido en base a la superación y sacrificio, ella era mi ídola, y ahora, tal vez estando lejos de la familia pensarían que ella se iba a sentir sola o algo más, pero no.

Sin saber cuál era la decisión de Milena, había hablado con un conocido que tiene un buffet de abogados y le iban a dar una entrevista a Milena para ver si cumplía con sus estándares, aunque yo estaba completamente seguro de que ella iba a superar todo panorama. Se graduó con notas excelentes, sin duda una muy buena estudiante, dedicada y comprometida con su vocación.

Luego de unas horas, el momento había llegado, debíamos partir, comenzar nuestro viaje a una nueva vida, estar en el extranjero brindaba muchas oportunidades, y las íbamos a aprovechar.

Ví que una lágrima rodó por la mejilla de Mile —¿Estás bien?—pregunté, pero no obtuve respuesta, sin dudas los extrañaremos mucho. La abracé y nos dirigimos al avión.

SalvadorWhere stories live. Discover now