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 —Milena, ¿Por qué estás pálida? — preguntó Ana ingresando en el apartamento con Felipe en brazos, quien al verme se lanzó a mis brazos.

—Es que me asusté, no me avisaste que venías, y recién entré, no te vi en la calle —respondí calmando mis nervios.

—Juan me dejó hace unos minutos, mientras se iba a entrenar y pensé ¿Por qué no compartir tiempo con mi cuñada?— ella sonrió y a mi me fue imposible no reír.

—tiii— balbuceó Pipe, lo miré asombrada, faltaba poco tiempo para que cumpliera el año.

—¿Qué mi amor? —pregunté mientras me dirigía al refrigerador por jugo.

—Tiii — volvió a hablar.

—Si, intenta decir tía, le estamos enseñando con Thiago, pero todavía le cuesta— dijo Ani rodando los ojos.

—Ani, va a comenzar a hablar cuando se sienta preparado, no hay que apurar el crecimiento del bebé. —respondí.

—Si, lo sé, estos primeros meses con él es toda una experiencia maravillosa Mile—sonrió y tomó a pipe de mis brazos para darle el jugo.

—Si, estos meses han sido color de rosas, me encanta ver como va descubriendo sus manitos, los pies, los diferentes lugares, las voces— fui enumerando cada cosa.

—Con Juan no sabemos cómo agradecerte que lo cuides, sabemos que tienes cosas que hacer, pero aún así nos ayudas, y eso es importante para nosotros.— dijo, en su mirada vi un brillo particular, realmente estaban agradecidos, pero yo era quien debía agradecer, vivir parte de la infancia de pipe era un maravilloso regalo.

—Ya sabes que...— me interrumpió

—No seas testaruda, nosotros te lo agradecemos, además que estamos felices que formes parte de nuestra familia, no podemos esperar al día de su casamiento.

—Estoy emocionada de que llegue, pero también miedo, el casamiento es algo importante, no debe tomarse a la ligera.

—¿Estás dudando?— preguntó Ana mientras le tendía un juguete a un pipe que no paraba de gatear de un lado a otro.

—No, jamás, no dudo de lo que siento por tu hermano...

—¿Entonces? — no me dejó terminar, algo común en Ana.

—Si me dejaras terminar la idea— reproché, mientras ella se encogía de hombros.

—Te escucho —dijo luego de un largo suspiro.

—No quiero privarle de tener hijos propios, lo amo como jamás, jamás amé a alguien en mi vida, pero no puedo dejar que no tenga ese privilegio, cuando veo a Salvador con Felipe y con Thiago mi corazón se encoge, porque los ama como si fueran sus hijos, y más con Thiago, que su figura paterna fue Salva siempre. —suspiré. —Yo no puedo, pero él si y que tal si el día de mañana me cuestiona eso, que no le dé hijos, no podría soportar un reproche así, jamás.

—Milena— Ani tomó mi mano —Salvador no quiere hijos si vos no sos la madre, y se puede tener hijos, adoptarlos, un vientre de alquiler, hay mil maneras de ser padres, no te cierres a esa oportunidad.

Le sonreí, ella estaba allí dándome apoyo, lo necesitaba, sin ella no sabría como enfrentar este momento.

—¡Tiii!— escuché el grito de Pipe, y me levanté automáticamente a buscarlo, el muy bandido estaba detrás del sillón, buscando un oso de peluche que seguramente había dejado Thiago.

—Sos bandido, vení con la tía —Dije animandole a gatear hacia mi, pero lo que me sorprendió fue que él tomó impulso y se paró, miré a Ani y esta quedó como una estatua, la animé a que tomara el celular, por si él quería dar sus primeros pasos.

SalvadorWhere stories live. Discover now