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Tres semanas, ese era el tiempo que íbamos a compartir en familia, el destino era Estados Unidos, papá quería conocer, los chicos también, y bueno, yo iba a ser su guía turística.

Ya habían pasado cuatro años que mi viaje, sabía hablar inglés, desde pequeña papá se había insistido en que estudiara inglés, y se me daba bien, no tenía el acento nativo pero lo hablaba casi a la perfección, así que además sería traductora de Papá y Marion, porque los chicos algo entendían.

Había pensado diferentes puntos en New York, Estatua de la Libertad, ir al museo de la cera, recorrer la zona cero, ir al Rockefeller center, había tanto por conocer, que esperaba que las tres semanas fueran suficientes, papá había decidido alojarnos en un hotel, dos habitaciones, ellos en una y nosotros con los chicos en otra, no me incomodaba, además a penas íbamos a dormir, tenía la idea de aprovechar el viaje al máximo, hacerlo inolvidable y dejar en nuestra retina momentos que no se iban a deteriorar con el tiempo, esa era mi misión.

—Mile, ¿guardaste todo?—. me pregunto Leandro entrando en mi habitación.

—Si, ya guardé todo, aunque aún no estoy segura de cuanto abrigo llevar.

—Estos días estuvo nevando, pero podes comprar algo allá—. dijo encogiendo los hombros.

—Si, llevo dos maletas, y están bastante cargadas—. aseguré

—Yo llevo una, no voy a cargar con mucha ropa para después usar la mitad.

—¿Todo listo?—entró Santino —Faltan tus maletas para irnos al aeropuerto.

—Claro, ya las llevo—. mi celular comenzó a sonar, era Salvador, por lo que me fui a atender.

—¿Las llevo yo entonces?— preguntó Santino, asentí mientras me iba a hablar por teléfono con Salvador.

—Vida ¿ya te vas?— preguntó

—Si, papá quiere llegar temprano al aeropuerto.

—No te voy a poder ver, y por tres semanas no vamos a estar juntos.

—Te voy a extrañar Salva, pero tengo que ir, además es una experiencia super linda, quiero compartir tiempo con los chicos.

—Si, lo sé, pero no conmigo.

—Cuando vuelva prometo compartir más tiempo con vos.

—¡Milena!—. gritó papá.

—Creo que tu padre te está llamando—. dijo Salvador riendo del otro lado de la linea.

—Si, hasta que no estemos en el avión no va a parar—.rodeé los ojos

—Bueno, entonces cuidate, te amo.

—Yo también Salva, saludos a todos—. corté la llamada

Todos estaban en la camioneta, esperando por mí, tomé mi mochila y subí con ellos.

El recorrido al aeropuerto fue tranquilo, todos estaban ansiosos por el viaje. hicimos el check in, abordamos el avión, trece horas arriba de un avión nos esperaban. Con los chicos íbamos los tres juntos, mientras que papá y Marion iban juntos más adelante, miramos películas, comimos, dormimos, en fin ya nos habíamos aburrido, pero teníamos que estar arriba del avión, no había solución.

Santino quería que le presentara una amiga, según él quería compartir su vida con alguien, y si era mi amiga era mejor porque ya la iba a aceptar, nunca le presentaría a una de mis amigas, él era todo un don juan, y no quería eso para mis amigas, además Sofía estaba de novia, y Juana, no quería novios, no por ahora, quería enfocarse en el estudio.

SalvadorWhere stories live. Discover now