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Mientras el mayor de ambos seguía inmerso en sus miles de pensamientos, el camarero les dejó la cuenta al ver que habían terminado lo que pidieron. Jeon sacó su propia cartera de inmediato, con la intención de pagar las bebidas, pero se vio interrumpido por el primer nombrado, quien, regresando de aquel especie de trance, reprochó antes de que Jungkook pusiera la cantidad justa sobre la mesa.   

— Hoy iba a pagar yo, ¿recuerdas?— recalcó con autoridad pero gracia al mismo tiempo, antes de levantarse y ser seguido de Jeon, que negaba divertido al ver lo tozudo y encantador que llegaba a ser su mejor amigo a veces. 

— Está bien, está bien. Aun así tenía que probar— río levemente, mostrando aquellas facciones semejantes a las de un lindo conejo, uno de los animales favoritos de Taehyung, y todo gracias al menor y su preciosa sonrisa. 

Jungkook se levantó junto a él y se puso a su lado cuando éste se disponía a salir del local, pues la sesión de su película estaba a punto de empezar y querían tener tiempo suficiente para comprar todo lo necesario. 
 
La película que eligieron fue una al azar, pero guiándose por algún que otro género, como siempre solían hacer. En un principio quedaron en ver una de suspense, pero cuando llegaron a la taquilla se percataron de que la única película de ese estilo ya tenía todas las entradas agotadas. No les tocó más remedio que conformarse con una de las menos favorecedores a gusto de ambos: romance, pero las entradas ya estaban pagadas y no podían hacer mucho más, así que se encogieron de hombros sin más y entraron en aquella oscura y, por el momento, silenciosa sala. 

— ¿Por qué el chico hace eso? ¿Acaso es estúpido?— susurró Taehyung a mitad de película al ver cómo el protagonista arriesgaba su vida por su amada. 

— Lo hace por amor, hyung— contestó el pelinegro en el mismo tono de voz— ¿Nunca has experimentado algo semejante? Ese sentimiento tan cálido que te inunda el pecho cuando ves a esa persona, como tu corazón se acelera al sentirla cerca y lo feliz que te hace el hecho de tenerla en tu vida, hasta tal punto que lo darías todo por ese alguien— prosiguió, intentando no hablar de más para seguir viendo la dramática película.

Taehyung se quedó sin palabras. No sabía qué ni cómo responder a eso, es más, nunca se había planteado algo parecido. Así que, procesó el pequeño discurso del menor y se preguntó si habría una persona tan especial en su vida. 

— ¿Amor?— murmuró sin darse cuenta, admirando el delicado y perfecto rostro de Jungkook. 

Y sin despegar la vista del hermoso perfil que el nombrado poseía, sonrió inconscientemente y observó los resplandecientes orbes del pelinegro, que seguían inmersos en la gran pantalla frente a ellos. 

Taehyung se recostó en la acolchada y roja butaca, jugando con las palomitas dulces que quedaban en el colorido cartón medio vacío, cuestionando las palabras del chico nuevamente. Ese extraño sentimiento llamado amor era algo que jamás había experimentado, o eso creía él. 

«¿Cómo sabré qué es el amor si algún día llego a sentir algo parecido?, ¿es que acaso podré sentir algo tan inmenso como eso?, ¿sería capaz de dar mi vida por alguien?, ¿llegaré a enamorarme alguna vez?, ¿cómo se sentirá...?». Miles de incógnitas acaparaban su cabeza, tanto que, sin apenas darse cuenta del tiempo transcurrido, la sala volvió a iluminarse lentamente, haciéndolo consciente de que la película había terminado y él ni siquiera prestó su más mínima atención. 

— Vamos, hyung— lo llamó con su melodiosa y dulce voz, agarrando su mano cuando se percató de que el contrario no respondía. 

— ¿Eh? Sí. Ya voy— Taehyung parpadeó un par de veces antes de levantarse y seguirlo desde atrás. 

Schizophrenia | TAEKOOKWhere stories live. Discover now