Reencarnado como Ikaros en DxD

Capítulo 20: Rey vs Reina.

Pov. Narrador.

???: Tal parece que esos dos, sí que saben como hacer un verdadero desastre, je. -exclamo algo analista de la situación. - Poseidon, sí no te conociera de verdad diría que se parece mucho a ti cabron de miarda. -dijo burlón ante la comparación al recordar como el mencionado siempre ocasionaba destrozos apenas comenzando la pelea.

Este se encontraba escondido en lo más lejano del terreno principal donde se estaba llevando el combate más sanguinario y que incluso la fauna de los alrededores estaba huyendo despavoridos, evitando a toda costa estar en la radio de ambos titanes en cuanto perfección se refiere. El sujeto tenía la apariencia delgada sin perder el toque de estar marcado cosa que le daba un aspecto de no ser subestimado mientras que su vestimenta, una túnica rojiza con bordes dorados que dejaba su torso al descubierto mientras que sus muñecas estaban reforzadas con protección mágica, tenía aretes y un collar de joyas.

???: Tsk... Solo espero que no destruyan los cielos estos 2 o enserio las cosas se adelantarán más de lo esperado. -terminó de decir para tomar asiento en una piedra.

No tuvo intenciones de intervenir en un principio porqué quizás solo empeoraría las cosas pero si fuese necesario, haría su aparición para detenerlos, por ahora agradecía que no haya invocado Ikaros su arma divina en esta pelea mientras que su oponente, Gilgamesh, tal parece que no se esta tomando muy enserio su pelea. 

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De vuelta en la pelea.

Después de la presentación del ahora, rey de los heroes, Gilgamesh, su oponente no respondió solamente se mantuvo callada analizando todas sus posibilidades que eran mínimas de salir victoriosa con graves heridas o acabar muerta pero... ¿No sería la primera vez que sucede esto?, ¿Cierto?.

Ambos individuos de la realeza como seres divinos, se mantuvieron con la guardia alta entre sí, sin apartar su enfoque determinado de los musculos del otro, en espera que alguno se lanzara primero al ataque.

"Tengo que admitirlo.... Es la primera vez que alguien me ha dejado en esta situación..." -pensó en muy de sus adentros Ikaros.

Ella estaba jadeando poco significado de haberse cansado pero su cuerpo aun se mantenía firme y con muchas energías de seguir prolongando más esta pelea que podría acabar con la destrucción de todo su alrededor pero... se encontraban en el infierno así que en conclusión, no le importaba en lo absoluto si los demonios llegarán a caer en hambruna o terminaran muertos por su imprudencia pero la voz de Gilgamesh la sacaría de sus pensamientos.

Gilgamesh: ¡¡Hey!!, ¿Estarás bien mujer?. -la voz del rubio sacando del trance a la femina que ladeó su cabeza por la derecha y sin darse cuenta sus alas se encogieron un poco.

Ikaros: ¿Eh?. -ladeó su cabeza un poco confundida, no sabiendo que es lo que pretendía ese heroe pero por si acaso, mantuvo alerta sus sentidos por si pretendía distraerla de alguna manera.

Solo observo como el rubio se masajeaba la cien algo, ¿irritado o fastidiado?, jamás supo leer las expresiones de las personas de su alrededor pero parecía que él, no tenía intenciones de atacarla porqué estaba calentando sus brazos como piernas, preparando su cuerpo como si fuese a correr en un maratón. Ella de manera sutilmente miró de reojo la espada que le había logrado despojar de sus manos que seguía clavada en el mismo lugar, a unos 50 metros de distancia entre Gilgamesh, así que no tenía que preocuparse por eso pero... aun estaba el problema de esos círculos dorados que no la dejaban tranquila.

¿Porqué no usa su arma divina?, eso es fácil, Ikaros sabía muy bien el GRAN potencial destructivo de su arco divino, si bien podría usarlo para pelear y mantener controlado su energía como deidad, tenía el pequeño detalle que cada disparó estaba imbuido de magía sacra mucho más poderosa que los ángeles por lo que cualquier impacto como explosión afectaría mucho la fauna como la tierra que la rodeaba debido que era corrupto, aparte su enemigo era alguien asquerosamente igual de poderoso que ella o incluso alguien al mismo nivel que su padre y no quería hacer una mala jugada contra este hombre.