Insultos de amor, piropos de odio [ IDAPDO 1 ] | Editando |

Capítulo 18 [ Aelyn, Jason y los tacos ]

Aelyn

Estaba en la biblioteca con Rachel, nos preprabamos para los finales del final del semestre. La trigonometría no me gustaba nada, más bien, me desesperaba, no iba a aprobar.

- No apruebo, te lo juro, el señor Bernon me trae de cabeza - dijo Rachel pasando su libro de matemáticas.

Escupí una pequeña risa, estabamos demasiado estresadas. Entró a la biblioteca Jason, me besó en la mejilla y comenzó a repasar para su examen de química.

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Salí del examen de trigonometría algo nerviosa, no sabía que podía ocurrir, ya que no estaba muy segura de las respuestas que había plasmado en el examen. Al salir de la clase, el la pared de enfrente estaba Cameron, comiendole las babas a Takumi. Tan solo llevaban dos semanas y ya podían meterse la lengua de esa manera sin reproches.

La odiaba, por que sabía que ahora mismo yo podría ser ella y tan solo estaba ahí, mirandolos como una boba y demasiado envidiosa para poder soportarlo.

Pase por delante de ellos, contoneando mi trasero con mi melena al aire. También era cierto que Cameron había cambiado, volvía a ser el mismo de siempre, el oscuro y macarra Cameron. Ahora, en este momento, cuando más me gustaba era cuando más le temía.

Al final del pasillo esperaba Jason, le salude con un tierno beso, el lo agradeció con una sonrisa.

- Podríamos salir de aquí hoy - dijo cogiendo mi mano y sacandome del pasillo - es el último día y bueno, quiero sacarte de aquí por un día.

- ¿No es ilegal salir hoy? - pregunté asustada.

El río vagamente haciendome dificultosa la captación de su risa.

- No, hoy no, es el día libre - dijo con una amplia sonrisa marcada en su cara.

Acepté por medio de otra sonrisa.

Salimos a la entrada del instituto, donde un coche negro y muy bonito nos esperaba. Jason me abrió la puerta del copiloto, me senté con gusto y el se sentó al volante. Condujo hasta el centro de la ciudad, donde las luces ya caían. Salimos del coche y comenzamos a andar por las visitadas calles, todo aquello estaba atestado de gente, pero a medida que la noche caía el número de habitantes pasenado bajaba.

Entramos en uno de los restaurantes, uno frente a un parque lleno de niños que correteaban en el parque, se los veía tan alegres. Entramos en el restaurante mexicano, a comer tacos.

- Es una de las mejores noches de mi vida - anunció Jason justo antes de dar un gran bocado a su taco.

Lo mire, ilusionada mientras el comía. Al percartase de esto extalló en risas, escupió algo de taco, lo cual me hizo a mi también reir.

- Me alegra mucho que estemos juntos, Aelyn, te quiero - pronunció mientras agarraba mi mano desde el otro lado de la mesa.