Capítulo 14 [ Las sospechas de Rachel y Aelyn ]

202 21 2
                                    

Aelyn

Seguía recordando la grosería de Cameron, 'no es la primera vez que me ves desnudo', si después de una semana, sería eso lo que me dijese, creo que podría olvidarme de el.

Llevaba una semana comiendome la cabeza, buscando posibles culpables para la nota, necesitaba ayuda, y tan solo me la podía ofrecer Rachel, mi única amiga aquí dentro.

Busqué a Rachel por la biblioteca, ya que era sábado era el lugar más probabe en el que estuviese. Ahí estaba, junto a J y Luce, ¿que hacían juntos?. Me quedé totalmente en shock.

- Hey, Aelyn - dijo alegre Rachel invitandome a sentarme.

- ¿Hola..? - dije sentandome lentamente esperando una respuesta.

- Ah, ya hemos hecho las paces - comentó Luce volviendo la mirada a su libro.

- No estoy con ninguna de las dos - dijo J añadiendo algo más de información.

Terminé por acomodarme en la silla, abriendo mi libro de introducción a la filosofía, para intentar disimular.

Mire a Rachel y ella me devolvió la mirada, le hice un gesto, para salir de aquella mesa y me hizo caso.

- ¿Que pasa? - me preguntó llegó entre las estanterias de los libros.

- Eh, tengo que contarte algo - dije mirando a ambos lados asegurandome de que no hubiese nadie - he reibido una amenaza.

- ¿Eh? - dijo asustada - ¿de quien?

- No lo sé, solo se que es una amienraza - suspire - No debo hacercame a Cameron.

- Eso es facil, tampoco tienes tanta relación con el.

- Nos acostamos - dije volviendome a asegurar de que no nos oyese nadie.

- ¿¡ Como ?! - dijo esta vez alterada - ¿ por qué no me cuentas ese tipo de cosas ?

Salimos de la biblioteca y nos dirigimos a la habitación, aquel no era el sitio más seguro para hablar de aquellas cosas, yo no me iba a arriesgar.

Llegamos a la habitación, donde acabé por tumbarme en mi cama. Cogí la botella de Gireña y comencé a beber.

- ¿Sabes quien podría ser? - preguntó Rachel.

Negué con la cabeza mientras daba otro trago a la botella.

- Obviamente, no. De ser así ya la habría interrogado.

- Podría ser Jason.

- O Cameron.

- Está bien, sabemos que podría ser cualquier persona, pero demomento necesitaremos un posible sospechoso - comenta Rachel sacando una de sus libreta - ¿Quien lo sabía?

- Cameron.

- No hay más, Cameron es sospechoso.

Me incorporo en la cama al oír la afirmación de Rachel, vería capaz a Cameron de cualquier cosa, menos de amenazarme anónimamente.

- No creo que sea el - comento dando otro trago a la Gireña.

- Es el único que lo sabía.

- Necesito ver su expediente - digo entre trago y trago.

- ¿Ahora? - pregunta Rachel resoplando.

Afirmo con la cabeza, necesitaba saber el pasado de Cameron para poder comprender su presente.

Rachel era la que más me podía ayudar a rebuscar en el expediente de Cameron, trabajaba en sus tiempos libres en la secretaría. Me preocupé de cojer mi smartphone, que había dejado apagado durante el mes de mi estancia en este lugar, no quería ni siquiera hablar con nadie del exterior. Lo encendí y lo puse en modo silencio. Nos dirigimos a la secretaria.

Al llegar Rachel se invento tal mentira como que se había dejado el libro de historia dentro del despacho que había recogido antes, era buena mintiendo, la mejor hasta ahora, que yo hubiese visto.

Entramos en el despacho del director, fue más fácil de lo que jamás podría imaginar.

- La B - dije moviendo mis dedos por los expedientes - ¡Aquí!, Blumer Cameron.

Abrí el expediente, pero al fondo del pasillo podíamos oír unos pasos y la voz del señor Perkson hablar con la secretaria. Saqué rápidamente mi smartphone, hice fotos a todas y cada una de las hojas de su expediente.

El picaporte se giraba, pero el expediente ya estaba guardado, las rápidas manos de Rachel fueron la causa.

Llegamos a la habitación, pero Rachel estaba demasiado cansada como para indagar en el tema, decidió dormir. Yo al contrario, comencé a leer detenidamente todas y cada una de las fotografías.

Detención por posesión de estupefacientes.

Detención por trifulca callejera.

Robo 'express' en un bazar.

Cameron comenzaba a darme miedo, ahora si que no me acercaría a el, jamás. Tan solo para perdirle explicaciones, no tenia ninguna duda, era él el dueño de la nota. Y se las haría pagar. El miedo pronto desapareció cuando en mi mente comencé a maquinar las diferentes maneras de vengarme, sería un gran espectáculo, por el que cualquiera pagaría, más por verle hacer esas cosas.

Insultos de amor, piropos de odio [ IDAPDO 1 ] | Editando |Where stories live. Discover now