Capítulo 28 - El regreso de Juan Carlos

55 4 4
                                    


Aquí el capítulo de hoy, siento muchísimo la tardanza, pero tengo trabajo nuevo y me paso el día trabajando, por eso estoy tan desaparecida ultimamente, disculpen las molestias.

El capítulo de hoy intenso, ya era necesario, no todo puede ser color de rosa :P

Espero que os guste :D


Todo se volvió más intenso después de aquella confesión, incluso el sexo con él fue incluso mejor. Con él me sentía completa, era mi otra mitad, mi compañero de aventuras, ese con el que no tenía que hablar, con tan sólo una mirada bastaba para conocer nuestros deseos y nuestros estados de ánimo, el que completaba mis frases, y bailaba conmigo sin preguntar, el que me cogía de la mano y me enseñaba su mundo, dejando siempre por sentado, que no era un lugar sólo para él, sino para los dos.

Nuestro último día en la isla fue raro, ambos sabíamos que al volver ya no podríamos pasar tanto tiempo juntos, pero, aun así, no estábamos ni un poquito asustados de enfrentarnos a la realidad, a nuestros amigos, a nuestro entorno.

Caminábamos por la playa, aún con el bañador mojado, justo después de habernos dado un chapuzón, habernos colocado la ropa y las mochilas, siguiendo con nuestra travesía, por ese lado de la isla, con nuestras manos entrelazadas.

- Se nos va a hacer tarde – me quejé, mientras él negaba, con la cabeza – ¡Hugo!

- Quiero exprimir hasta el último momento aquí, contigo – admitió, con una sonrisa en los labios – además, aún tenemos que hacernos muchas fotos – tiró de mi mano, para acercarme a él, sacando entonces su móvil de la mochila, para luego hacernos un selfi. Él quería capturar cada momento juntos, quería crear recuerdos conmigo, y lo cierto es que yo también. Me estaba encantando aquel viaje.

Me solté de él y corrí, evitando que me hiciese alguna foto más, mientras él reía, echando a correr detrás de mí, después, alcanzándome, abrazándome, besándome, haciéndome sentir a salvo.

Apoyó el filo de la visera de su gorra sobre mi frente, y dio leves golpecitos, sin dejar de sonreír.

- Me encantas – aseguró. Ensanché la sonrisa. Su teléfono comenzó a sonar, rompiendo el momento. Lo agarró, separándose un poco, buscando mi mano con la suya, para luego aferrarla y seguir caminando – Dime, Óscar. Sí, vuelvo esta tarde. No puedo – contestó, a lo que fuese que le preguntase su hermano – trabajo mañana, ya te lo dije – hizo otra pausa, rompiendo a reír entonces – Te aseguro que no, nadie me ha jaqueado la cuenta de Instagram – sonreí al escuchar eso – Sí, bueno... ya te contaré. Pero, déjate de hablar de mi vida privada y dime qué coño ha pasado con el tío del seguro, ¿te dio la pasta? ¿han mandado al perito ya?

.

.

- Va a ser raro volver – le dije, justo después de recoger el resto de nuestras cosas de la colmena, y de habernos cambiado de ropa. Él no tenía mucha ropa limpia, así que terminó colocándose un bañador como muy hippie, que le llegaba hasta la rodilla y una camisa naranja, algo desgastada. Yo llevaba un vestido azul, de flores, largo, con las mangas hasta el codo.

Agarró mi mano, juntos le echamos una leve ojeada a la casa, para luego salir, con una gran sonrisa en nuestros rostros, agarrados de la mano, siendo perfectamente conscientes de que dejábamos atrás nuestras mini vacaciones para volver a casa, y que, por supuesto, ya no volvíamos como Blanca y Hugo, sino como un todo, como una pareja.

El camino al aeropuerto, en el autobús, fue raro. No podía dejar de mirar por la ventanilla, admirando el paisaje por última vez, mientras él hacía justo lo mismo. Me dio un beso en la mejilla, para luego poner el móvil lo suficientemente cerca para hacer la foto. Rompí a reír justo después de eso.

El Chico Limón | COMPLETAWhere stories live. Discover now