Capítulo 21 - Los locos.

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Muy buenas tardes a todos.

Hoy os doy la sorpresa de subiros capítulo un día antes de lo que toca, más que nada porque estoy feliz, feliz, feliz, y me apetecía. Estoy pasando unos días en la casa de la playa, y aún con todo lo que está cayendo con todo el tema que nos ha tocado vivir... estoy disfrutando mucho de las pequeñas cosas, del paisaje, de la gente, de la familia, y de todo.

Soy de las que piensan que la vida es más bonita de lo que nos fijamos a primera vista. Si prestas atención te darás cuenta de que el mundo es un lugar maravilloso, con paisajes realmente bellos, y ni siquiera nos paramos a mirarlos. La vida sería distinta si la gente tomase conciencia de ello.

Y no me enrrollo más, sin más dilación, os dejo el capítulo de hoy, que es súper divertido, siguiendo con la misma gama de diversión de los dos anteriores.

Espero que os guste :D

La familia de Blanca es genial.

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Me reí mucho aquel día, era imposible no hacerlo rodeada de los míos, sin dejar de bailar, mientras él me miraba, y reía, parecía que se lo estaba pasando bien

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Me reí mucho aquel día, era imposible no hacerlo rodeada de los míos, sin dejar de bailar, mientras él me miraba, y reía, parecía que se lo estaba pasando bien. Pero no todo fue bailar, al tercer la bamba, nos pusimos a charlar, dejando a Juanito bailando con mi abuela, incluso mi padre tiró la toalla con él.

- Entonces ¿eres de Punta Umbría? – preguntaba mi madre, sorprendida, justo después de escucharle hablar sobre ello. Asintió, con total naturalidad, como si no estuviese incómodo en lo absoluto – Pero por tu acento pareces extranjero.

- Eso es porque me llevé mucho tiempo viviendo en Tenerife – aseguró él, encogiéndose de hombros, mientras Juanito hacía de las suyas, pero aquella vez, para sorpresa de todos, puso otra canción. Cuando seas mía de Son by for.

- ¡Oh! – gritamos Marta y yo, para luego levantarnos y marcharnos a bailar juntas, él tan sólo sonrió, mientras ambas bailábamos y cantábamos aquella bonita canción.

- Hugo – le llamó mi abuela, justo cuando el daba un sorbo al brandy.

- Dime, Amalia – respondió él, como si se conociesen de toda la vida, haciéndola sonreír, con ganas.

- Vente para acá – le dijo, para luego mirar hacia mí - ¡qué bien me cae este chico, oye! – sonreí, divertida, mientras él dejaba la copa en la mesa y corría hacia ella – no como el seco de Juan Carlos.

- ¡Abuela! – me quejé, para luego seguir bailando junto a mi prima, mientras mi padre sacaba a mi madre a bailar.

- ¿Qué estás poniendo, Juanito? – se quejó su madre, cuando cambió la canción bruscamente, poniendo una de David Bisbal y Alejandro Fernández. Mi abuela no soltó a Hugo, al contrario, le obligó a bailar, como si aquello fuese un paso doble, él no se quejó, en lo absoluto, al contrario, le siguió el rollo.

El Chico Limón | COMPLETAWhere stories live. Discover now