Capítulo 18 - Perfume.

42 4 2
                                    


Para compensar mi descuido del domingo, hoy les traigo capítulo extra. Espero que lo disfruten :D

---

La semana fue una puta pasada. Estaba feliz, con mi gente, con mis amigas, con mi familia. No quería ni pensar en irme.

El jueves quedamos con mis compañeras de la universidad, no todas eran de la ciudad, pero todas veraneaban allí, así que, era lo mismo al caso.

Estuvimos en la playa todo el día, sin dejar de reír, de contar anécdotas sobre el pasado, y de pasarlo en grande. Por supuesto ni que decir queda, Marisa se lio con mi amigo Omar, se veía venir, ya llevaban demasiado tiempo tonteando cuando venía a visitarme en verano, y nunca pasaba nada porque en aquella época él tenía novia, pero ahora que estaban los dos solteros... ardió Troya.

Se fue con él a su casa, y no la volví a ver hasta el viernes por la mañana. La verdad me daba igual, porque así tuve tiempo de ponerme al día con mis niñas, a las que echaba de menos.

Susana se casaba al mes siguiente con un cubano de infarto al que conoció en clases de zumba, por supuesto todas estábamos invitadas a la boda. Isa seguía en Madrid, con su propia firma de ropa, arrasando en redes sociales, saliendo con un futbolista, no veas que nivel. Mariló pasaba de tíos, a ella le iba más el sexo libre, y no siempre con hombres, no le hacía ascos a nada. Seguía siendo un espíritu libre, como una hoja mecida por el viento, solía decir. Así que no paraba quieta, no paraba de viajar, y ya que su trabajo así se lo permitía, lo hacía mucho. Saray también era maquilladora profesional, al igual que Marisa, pero ella trabajaba para MAC, una famosa marca de maquillaje, en Madrid, así que tampoco tenía mucho tiempo para chicos, pero muy dispuesta a conocerlos cuando se presentaba la oportunidad. En aquel momento estaba soltera.

- Bueno, ¿y tú qué? – preguntó la última, hacia mí, justo después de que ella hablase del último bombón que había conocido en Tailandia (no en la ciudad, es un bar de copas como muy zen) – Has dejado a Juanca, que menos mal, porque hija, no se podía ser más muermo – las otras rieron, mientras yo sonreía, divertida hacia ella – pero ¿no hay nada por ahí?

- Que va – contesté, haciéndome la inocente.

- Ja, eso no te lo crees ni tú – añadía Susana – si te has puesto a contestar mensajes con una sonrisilla... pero ¡qué sonrisilla, Blanqui!

- ¡Que no nos engañas! – aseguraba Saray – que tienes algo por ahí, ¿a qué sí?

- Algo hay – contesté ya de últimas, era imposible seguir negándolo, me conocían bien.

- ¡Ah que cabrona! – se entusiasmaba Mariló – Pero ¡Detalles! Niña, cuéntanos detalles.

- Eso, eso – incitaba Isa - ¿cómo es él? ¿dónde lo conociste?

- ¡Déjate de tonterías, Isa! – la cortaba Saray – Lo que todas queremos saber es si está bueno – reí a carcajadas.

- Saca el móvil y enséñanos una foto – insistía Mariló, haciéndome reír incluso más, pero se veía que no estaba bromeando – queremos carne.

- No tengo ninguna foto suya – me quejé, encogiéndome de hombros.

- ¡Me está matando la intriga! – insistía Isa – Cuéntanos quién es él.

- Se llama Hugo – fue lo único que dije, y sólo con eso ya las tenía a todas expectantes, como si aquello fuese una atracción de feria. No podía dejar de reír, era lo de más divertido.

El Chico Limón | COMPLETAWhere stories live. Discover now