Hija de Slenderman sin saberlo. (Editando)

Mi gran amigo... Offenderman.

A la mañana siguiente me desperté por un gran estruendo, proveniente del piso de abajo.

Observé a mí alrededor, pero no ubiqué a Jeff por ningún lado. Así que decidí levantarme e ir abajo.

Justo cuando abro mi puerta, observo a todos los demás también abriendo las suyas, al parecer todos se levantaron por el mismo motivo. Todos nos observamos entre todos, como queriendo averiguar, en la mirada de alguna, si sabían el motivo del ruido. Mientras estábamos observándonos, otro ruido nos hizo entrar en razón, apresurándonos para ver de qué se trataba todo el escándalo.

Al llegar, observamos a Slenderman tirando a Jeff por todo el piso con sus tentáculos.

—¡QUE NO HICIMOS NADA, SLENDERMAN! ¡YA TE LO DIJE!— Jeff gritaba, mientras Slender lo sostenía con sus tentáculos, de cabeza.

Slender lo lanzó fuertemente contra el suelo. Jeff intentó levantarse con dificultad, pero un ataque iba a ir directamente hacía él cuando. Al observar que Jeff no iba a tener oportunidad de defenderse, corrí, parándome en medio de los tentáculos y Jeff.

—¡YA BASTA!— Grité, logrando que Slender se detuviera cuando estaba a punto de ser atravesada con un tentáculo.

Todos me observaron, sorprendidos

—Yo... yo tengo que salir— Dije, mientras salía de la casa corriendo.

Mientras corría y corría por el bosque, pude localizar la cabaña en donde me había ocultado de Toby.

Al parecer todo continuaba tal cual a cuando estuve acá, así que decidí entrar, confirmando mis sospechas, todo continuaba igual.

Encendí un interruptor y me fijé de que había electricidad, al igual que agua. Ya que ambas estaban funcionales, decidí ir al baño, desvistiéndome y entrando a la ducha.

Luego de un pequeño rato duchándome, comenzaron a escucharse algunos ruidos, pero decidí ignorarlos.

La puerta del baño fue abierta y casi de inmediato, la cortina de la ducha fue corrida. Me llevé una grata sorpresa cuando me fijé que mi "agresor" era Offenderman.

—Oh, Elisa. No se vale pensé que eras la chica de esta cabaña— Habló de manera decepcionada— ¿No piensas cubrirte con algo?

—¿Qué pasa?, ¿Al gran violador Offenderman le da vergüenza ver a una chica desnuda?— Me burlé.

—No, no me da vergüenza, sino que no te puedo hacer nada, y no quiero ver ese sexy y caliente cuerpo sabiendo esto. Ahora, sal de allí, ¿quieres hablar un rato?

—Sí, ya salgo— Tomé un paño y me cubrí, yendo al dormitorio principal.

Ambos nos sentamos en la cama del dormitorio, para poder charlar un rato.

Cuando Offenderman estaba hablando, recordé como fue que lo conocí y nos hicimos grandes amigos.

*Flashback*

Estaba saliendo de una casa, terminando con mis asesinatos. Me dirigía a casa cuando vi a una chica llorando y corriendo.

Un hombre alto, con una gran sonrisa y bastante pálido, se volteó y me vio. Se acercó a mí y me empujó fuertemente. Quedé tirada en el suelo. Él sacó un tentáculo, intento tocarme con este, pero algo hizo que retrocediera.

—¿¡Pero qué!? ¿Por qué no puedo tocarte?

Ambos escuchábamos que alguien se acercaba. El hombre extraño se quitó de arriba mío, desapareciendo en cuestión de segundos. Yo decidí irme también, no quería tener inconvenientes ahora mismo que estaba cubierta de sangre.