Una anécdota del pasado.

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Luego de caminar un rato, llegué a mi casa del árbol, ya que no tenía a donde ir.

Al momento de subir, me encontré con Slenderman dentro.

—¿Con casa te referías a esta imitación de casa del árbol? ¿O de verdad tienes a dónde ir?— Me preguntó, viendo por la pequeña venta que había en la casa del árbol.

—A esta imitación de casa del árbol ¿Por qué?— Pregunté un poco molesta, por haberle dicho así a la casita que construí con mi hermano.

—Sabes perfectamente que te puedes quedar en la creepy-house, con nosotros. En vez de quedarte aquí, pasando frio por la noche— El hombre sin rostro continua "observando" por esta pequeña ventilla.

—No quería molestar más de lo que ya he molestado en tu casa— Me sinceré, ya que sentía que estaba estorbando.

—Tranquila, Elisa. Todo lo contrario, todos preguntaron si te ibas a quedar con nosotros, así que, por aceptación, no te preocupes— Esté hombre habló de una manera que me hizo pensar que, mientras hablaba, tenía una sonrisa en el rostro. Pero, la verdad, no podía saberlo.

—Bueno, si insistes— Sonreí y ambos bajamos de la casa del árbol.

De camino, a la que ahora sería mi nueva casa, estuve pensando: ¿Por qué la voz de Slender se me hacía tan familiar?

No tengo idea, pero es como si la conociera de hace mucho tiempo.

—¿En qué tanto piensas? Estás muy callada.

—No sé. La verdad tu voz se me hace muy conocida, siento que te conozco, pero no recuerdo haberte visto antes. O en donde pude conocerte, no tengo ni idea— Le dije sincera, ya que quería saber si, de casualidad, él lograba reconocerme.

—Ya veo. Pues, la verdad, no sé. Por estos bosques viene mucha gente en busca de mis notas y veo a muchos, a lo mejor eres una de las que ha logrado escapar de mí.

—Dudo que sea eso— Lo observé seria.

—Bueno, ya pensaras en eso luego, porque ya llegamos— Abrió la puerta.

—¡ELISA!— Gritaron todos mi nombre al verme entrar.

—¿Tanto nos extrañaste que viniste tan rápido de visita?— Dijo Jane entre risas.

—Pues, vine para quedarme.

—¡Sí! Elisa se queda, que bien— Celebró la pequeña Sally, dando saltitos.

Tomé a Sally y la cargue, a lo que ella rió.

Al ver mi collar, lo tomó, haciendo que ella se pusiera en modo ilusión. Todos, al ver esto, se quedaron con la boca abierta. Sally no sabía que pasaba, después de todo, ella no se veía a sí misma.

Cuando soltó el collar, volvió de nuevo a su forma normal y todos seguía tragando moscas. Sally iba a hacer un lado mi flequillo, para ver mi ojo, pero le detuve la mano y negué con la cabeza, para que no lo hiciera, y la baje de mis brazos

—¿Qué pasa, Elisa? ¿Por qué no quieres que veamos tu otro ojo?— Pregunto Liu, mientras yo miraba hacia abajo, recordando lo que mi padrastro me había hecho.

—Tranquila, Elisa. Aquí todos somos raros. Míranos al mapache y a mí, ambos tenemos la boca cortada. Jane es pálida como la nieve, Jack no tiene ojos, Liu está lleno de cicatrices y hasta la pequeña Sally tiene sus heridas— Cuando Nina dijo esto, me di cuenta que no tenía nada de qué avergonzarme, así que hice a un lado mi flequillo y dejé ver mi gran cicatriz.

Hija de Slenderman sin saberlo. (Editando)Where stories live. Discover now