Retos y celos en mi primer día.

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Zalgo abrió un portal y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en su palacio.

-Zalgo: ponte en tu forma de demonio- Le hice caso y me puse en mi forma de demonio.

Cuando me trasforme el me guio por un puente muy largo que daba a la entrada del palacio, vi para abajo del puente y lo que vi me asusto, estaban torturando a todos los demonios que me había atacado, uno me vio a los ojos y el miedo se apodero de mi haciéndome tropezar y casi caer, pero Zalgo me atrapo.

-Zalgo: mientras estés conmigo no tienes nada que temer, ellos aún son mis sirvientes, tienen que cumplir mis órdenes.

-Elisa: ¿y no puedes ordenarles que no me maten?

-Zalgo: puedo ordenárselos, pero son rebeldes, cumplen mis órdenes, pero apenas tengo preferencia con algún demonio solo cumplen las que les parece, ya que creen que dejare de actuar con justicia ante mis decisiones.

-???: no lo creemos, es que dejas de actuar con justicia- Una voz femenina hablo haciendo que Zalgo y yo nos volteáramos- hola, tú debes de ser su nieta, soy Marisa, soy una de las guerreras de Zalgo.

-Zalgo: ¿Marisa que haces aquí?, ¿No deberías estar vigilando la entrada?

-Marisa: tranquilo, mis hijos la están vigilando, digamos que en un bosque en noruega se incendió “accidentalmente” y el que los iba a recibir tuvo que ir a ver que podía hacer, así que deje a mis hijos en la puerta y vine yo.

-Zalgo: me voy un segundo y ya incendian un país.

-Elisa: y dices que yo no me controlo.

-Ian: de hecho no lo haces princesa- Ian estaba a mi lado y no me había dado cuenta.

-Elisa: hola Ian- Le di un abrazo y un beso en la mejilla.

-Ian: bien, ya llegue, así que te voy a llevar a tu cuarto y Zalgo, allá están los culpables del incendio.

-Zalgo: ya me encargo, Marisa diles a tus hijos que vallan a reparar el bosque y ponte a vigilar la puerta, Ian, cuando la hayas dejado en su cuarto ve por el alma de la chica que te dije, Elisa la necesitara.

-Ian y Marisa: sí señor.

-Elisa: bueno, eh… me quiero ir a mi cuarto- La verdad me sentía triste por el hecho de tener que dejar la casa, solo quería estor con Jeff, pero no podía, quería estar con las chicas, no tengo ni cinco minutos aquí, pero la verdad me afecta.

-Marisa: bueno… yo me voy- Al parecer pudieron notar mi tristeza, ya que el ambiente se puso extremadamente tenso.

-Ian: si, déjame que te llevo- Dijo Ian dirigiéndose a mi.

Fuimos por todo el palacio y llegamos a una habitación, era del tamaño de la casa que vivía con mi hermano y muy hermosa.

-Elisa: que grande.

-Ian: digno de una princesa.

-Elisa: deja de decirme princesa o tendremos una pelea de guerreros.

-Ian: wow, tranquila Elisa, viniste agresiva.

-Elisa: estaba reinstalándome con mi novio y el padre de mi futuro hijo, mis amigos, mis amigas, mi hermana menor y mi padre, y llega de la nada un abuelo que apenas y conoces y te dice que te vas al inframundo a entrenar porque te mataran, ¿Cómo esperas que reaccione?, ¿Bailando y pegando brinquitos?

-Ian: ok… voy a buscar a la chica para que te puedas alimentar de su alma y hablaremos.

-Elisa: no tengo hambre.

Hija de Slenderman sin saberlo. (Editando)Where stories live. Discover now