Capítulo 13 "Operación velo"

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—Henry —Angel le habló al señor Stein, en compañía de Alice y Boris. —Queremos hablar contigo...

—¡¿Qué quieren hacer qué?!— gritó Henry.

—Quitarle la tinta que tiene Dy en la cara— respondió Angel.

—Bueno, pero ¿si él no quiere?

—Por eso necesitamos ayuda— dijo Alice— él nunca lo hará por voluntad propia, hay que obligarlo, incluso, para hacer cosas buenas.

—¿Tu también, Boris?— preguntó Henry.

—¡Claro que sí! Estoy dentro. El desgraciado no debe ocultarnos nada.

Una risita brotó de los labios de Henry, estaba enternecido con la complicidad de los cuatro y preguntó si había un plan.

—De hecho, sí, pero necesitamos a Bendy— dijo Boris.

***

En la mañana, los ángeles jugaban con Bendy. Angel le preguntó al pequeño si pueden hablar. Con toda soltura, Bendy dijo:

—¿Quieren hablar de Dy, verdad?

—¿Cómo lo sabes?— preguntó Alice.

—Soy un niño— respondió Bendy haciendo un puchero— pero no soy tonto.

—Entonces— habló Angel— ¿Dy tiene rostro? ¿verdad?

—No puedo hablar de eso, se lo prometí a Dy.

—Entonces ¿qué hacemos?— miró Alice a su hermana y al pequeño en busca de una respuesta.

—Bueno— confesó Bendy y miraba a su alrededor, como esperando que nadie más lo escuche. Con un gesto les pidió a los ángeles que se agacharon para susurrar algo— cuando Dy se duerme en el sillón, cae como una piedra, no se mueve para nada.

—¡Eres un genio, cariño!— abrazó Angel a Bendy.

***

Cuando la tarde llegó, Dy, ya estaba roncando en el sillón. Boris, era el primero en intentar una estrategia, sigilosamente se acercó al sofá y extendió su mano hasta llegar al rostro de Dy, con lentitud y calma empezó a quitar la tinta de su rostro, pero de repente, con un super reflejo de Dy, detuvo la mano de Boris y apretó su muñeca para luego doblarla con gran fuerza haciendo aullar al lobo.

—¡Suéltame!— gritó Boris, Dy lo soltó automáticamente. ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡Solo quería saber si salíamos a algún lado, idiota!

—Lo siento— Dy se disculpó, se mostraba confundido— Boris... perdón, hay momentos en los que... olvido que ya no estoy en el estudio. De verdad lo siento.

Boris se retiró de la sala, para hablar en privado con las chicas.

—No funcionó— comentó Boris.

—¡Rayos!— maldijo Angel.— y ¿si lo arrojamos a la piscina?

—¿No habían dicho que el agua no funciona con la tinta?— se quejó Boris.

—y...¿si solo se lo pedimos?— propuso Alice.

—Como si no lo conocieras— reclamó Angel— dejemos que se duerma otra vez y yo iré.

***

Al poco tiempo, el sueño derrotó a Dy una vez más. Definitivamente, algo tenía ese sillón que lo noqueaba.

Usando un trapo, Angel, le vertió desmaquillante, del caro, por cierto. Lo puso en el palo de una escoba, desde la lejanía usó el palo con el trapo para quitarle la tinta a Dy, pero se le resbaló de las manos y el trapo junto con el palo golpeó a Dy en la cara. Todos huyeron de la sala, pero era tanta su curiosidad que seguían asomándose por el umbral de la entrada.

Dy se levantó de un brinco, estaba hecho una furia, se quitó el trapo de la cara, pero no se percató de que se llevaba con él toda la tinta. Empezó a gritar a todos los que estaban mirándolo desde la entrada, estuvo a punto de golpearlos al notar que sus reclamos no eran escuchados. Entonces, vio con desconcierto que todos lo miraban con la boca abierta, aun cuando ya estaba tranquilo. Susi y Henry, llegaron corriendo, pues escucharon el alboroto de Dy, y vieron con asombro al demonio de tinta.

—Ese estilo te queda mejor, sabes— lo halagó Henry.

—Te ves muy guapo, mi niño— le sonrió Susi.

Dy, ya no pudo más con la ansiedad y fue corriendo al baño para saber de qué estaban hablando. Al entrar y verse al espejo lanzó un grito tan fuerte que hasta los perros de los vecinos comenzaron a aullar, estuvo a punto de desmayarse, pues su rostro estaba totalmente descubierto.

The Holly TrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora