The Holly Trio

Capítulo 7 "Dy"

Angel, lloraba con desesperación por el miedo y con la esperanza de ablandar el corazón de su verdugo, quien estaba dispuesto a decapitarla en ese instante. Pero curiosamente, titubeaba al blandir el hacha ¿Qué esperaba?

—¡Dame una buena razón para no matarte!

—¡Boris, no por favor! — Lo detuvo el grito de Alice. Arrojó el hacha a lo lejos. De todas formas, no hubiera podido matarla.

Alice, abrazó a Angel y secó sus lágrimas e intento consolarla. Boris las ignoró y ayudó a Henry a levantarse.

—Dime... ¿Quién eres? Y ¿Por qué Dy, esta despierto? —Interrogó Boris a Henry. Pero él no comprendía de quien hablaba, así que, solo repitió aquel nombre con extrañeza...

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—¡Dy, tenemos que ayudar a Henry! —el pequeño Bendy, tiraba del barco de su hermano mayor —¡Está en peligro!

—¿Henry? ¡¿Hablaste con el humano?!

—¡Sí, no es peligroso!

—Sí, claro, por eso dejó que el proyeccionista te persiguiera.

—¡No fue su culpa! ¡También tenemos que ir por Boris!

— Primero vamos por Boris, lo del humano lo arreglamos después—. Dy cargó a Bendy y al pasar por una pared, la atravesó dejando una mancha de tinta que se secó paulatinamente.

—¡Dy, es el "Ink Demon"! —Le dijo Boris a Henry.

—No sabía que tenía nombre.

Boris, tomó de los hombros a Henry y los agitó mientras le preguntaba como lo había despertado.

—¡Joey, me engañó para encender la máquina!

Boris se detuvo y le quitó las manos de encima. Estaba muy preocupado, no por Henry, quien se mostraba sincero. Le preocupaba Dy. Aunque le tenía confianza ciega, los cinco años que pasó dormido pudieron hacerlo cambiar.

—Tenemos que buscar a Bendy— Dijo Boris al caminar a la puerta. Henry, Angel y Alice, apurados, lo siguieron. Por su parte, Henry, tenía preguntas.

—¡Boris! —gritó Henry, acelerando el paso a medida que Boris lo hacía— ¿Qué pasó aquí? ¿Qué les hizo Joey? ¡¿Quién es Dy?!

—Supongo que el único que sabe por completo lo que pasó aquí es Dy— dijo Alice, mientras les seguía el paso.

—Supongo que sí— le secundó Boris.

Angel no estaba apenada y no se atrevió a conversar, no tenía nada que decir, caminaba al lado de todos ellos, pero con su mirada fija en el suelo.

—Entonces, habrá que buscarlo y encontrarlo— finalizó Henry.