Capitulo 20: Primera vez

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¡Hola! Paso para avisar que he movido la foto de nuestra querida Elena para el capitulo anterior (home run), foto diferente y mejor (mensaje subliminal oculto en ella xD). Y ahora ¡Que disfruten el capitulo! Personalmente me he reido hasta las lágrimas escribiendolo así que espero sacarle una sonrisa a más de uno :). ¡Espero sus comentarios!


El estómago me gruñó con fuerza quejándose de estar vacío así que fui obligada a salir de mi amada calma de sueño para entrar en la realidad que no era muy deseada a  menudo. Cuando me volteé hacia la derecha para quedar boca arriba mi codo golpeó una superficie acolchada y luego hubo un quejido ronco.

« ¡Un ladrón!» Grité antes de abrir los ojos y saltar de la cama.

Una de mis confiadas almohadas decidió entorpecer mi tarea así que me caí de bruces pero la adrenalina era suficiente para no sentir el golpe y en cambio levantarme. La cama sonó avisándome de que el ladrón se movía así que abrí el cajón de mi mesita de noche sacando algo sólido.

—Será mejor que retrocedas si no quieres que te lastime —Le advertí apuntándole con lo que sea que hubiera sacado del cajón.

La habitación estaba a medio oscuras debido a que no había corrido las cortinas como acostumbraba a hacer en las noches antes de dormirme. Una sombra alta caminó hacia mí y mis manos comenzaron a temblar con fuerza.

—Lo digo en serio —Le advertí con voz temblorosa.

—Elena, es Regie —Dijo la sombra con voz contenida como si intentara no reírse.

— ¡¿Reg…?! —Él tapó mi boca con su mano para callar mi grito.

—Tus papás están a unos metros de aquí, no creo que quieras que vengan —Dijo él cerca de mí.

Negué con la cabeza intentando mirarle, mis ojos se acostumbraron pronto a la oscuridad y pude ver el perfil de su rostro, una sonrisa de pura diversión bailaba en su boca mientras que el temor a que nos descubrieran hacía desastres con mis intestinos.

— ¿Puedo soltarte sin que grites? —Preguntó con suavidad mientras su mano libre se posaba sobre mi espalda baja.

Asentí sintiendo como las estúpidas mariposas se alborotaban en mi estómago. Él deslizó su mano lentamente como si quisiera estar completamente seguro de que no gritaría.

—Buenas noches —Saludó antes de darme un dulce beso.

— ¿Por qué sigues aquí?

—Me pediste que no me fuera —Contestó él antes de soltarme e ir hacia la cama.

Sinceramente eso me decepcionó un poco puesto que me gustaba tenerle cerca y recordando el beso del día anterior…

Sacudí la cabeza intentando apartar esa memoria de mi mente.

— ¿Dormirás un poco más? —Preguntó acostándose libremente en mi cama. Esa imagen fue mucho para mis delicados nervios.

Debía mantener mis pensamientos ocupados en otra cosa que no fuera Regie en MI cama. Fui hacia la ventana y corrí las cortinas haciendo que la habitación se llenara un poco de luz de los faroles de la calle, cuando me di la vuelta mi corazón subió de sopetón a mi garganta.

—Ahora a dormir —Dijo él señalando la almohada a su lado.

Mis manos sudaron de inmediato y un calor procedente de mi cuerpo me envolvió. No era bueno para mi salud mental que él tuviera su cinturón desabrochado, no tuviera sus zapatos ni que a su franela (que era de botones hasta cerca de la mitad de su pecho) sólo le faltara un botón para estar completamente abierta. No, no era nada bueno.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now