Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]

Capitulo 18: Bases llenas

¡Hola! Paso para decirles que he montado las fotos de Regie (segundo capitulo) y Madeleine (mamá de Elena, tercer capitulo). A medida que suba las fotos les aviso :) Bueno, a disfrutar se ha dicho.

P.D: Capitulo largo ¡Wiiii! xD, espero sus comentarios y sus votos. Gracias!

Ya tenía una hora mirando fijamente a imbécil #2, quien sostenía contra su rostro una compresa fría de gel para así aliviar un poco el dolor de los golpes que tenía ahí, no es que fueran realmente graves pero él me había pedido ayuda y yo le había dado aquello pero no por ello significaba que me había ablandado.

Él suspiró de nuevo y con ese ya eran 127 suspiros en una hora, no es que me importara realmente pero estaba bastante alerta a lo que él pudiera hacer. El nudo en mi garganta se apretó un poco más y yo tuve que suspirar también para aguantar las odiosas ganas de llorar.

— ¿Ahora me…?

—Te dejé pasar, no por eso tienes derecho a dirigirme palabra alguna —Le espeté con hostilidad.

El imbécil #2 dejó la compresa en la mesa y me miró fijamente, el nudo creció haciendo que me revolviera en mi asiento, estúpidos hombres con su estúpida habilidad de incomodar a las mujeres.

—Quiero que entiendas algo —Comenzó él y yo abrí la boca para hablar—, no hables aún —Me cortó—. Prometo irme de tu casa pero primero quiero que me respondas tres simples preguntas.

—Te irás de mi casa y dejarás de molestarme —Añadí.

—Pero… —Otro suspiro, ya iban 128—. Bien, me iré y dejaré de molestarte.

—Si es así entonces habla, necesito hacer otras cosas —Le apuré cruzándome de brazos.

—Primera pregunta, ¿crees lo que Matthew dice acerca de mí? —Lanzó con suavidad pero yo le sentí como si de una ola se tratara.

¿Yo creía lo que el imbécil decía? Era una buena pregunta que no me había formulado ¿podría yo confiar en la palabra de alguien tan imbécil como él? Era un riesgo bastante elevado además que sería la cosa más estúpida que podría hacer alguna vez, aunque estaba esto de la evidencia, el imbécil y el imbécil #2 se habían dado la mano, eso tenía que significar algo.

Miré la mesa con gesto ausente intentando encontrar una verdadera respuesta para darle, la verdad no quería creer lo que el imbécil me había dicho, es decir ¿confiar en la palabra de un hombre? Hasta la idiotez tiene un límite.

— ¿Entonces? —Dijo el imbécil #2 atrayendo mi atención.

Mordí mi mejilla por dentro puesto que no tenía una verdadera respuesta que darle, si decía que sí estaría admitiendo que era una total idiota que se dejaba manipular por una cara bonita y que no importaba las mentiras que pudieran decirme ya que yo creía hasta lo más absurdo, y si decía que no tendría que dar una explicación del porqué yo me había comportado de esa manera con él, lo que por supuesto no quería hacer.

—No, pero sí creo en lo que veo—Respondí sin tener nada mejor que decir.

Él arrugó un poco el ceño y supe que había dicho y hecho una completa estupidez, bueno, el haberle dejado entrar en mi vida era una total estupidez pero eso vamos a omitirlo por unos momentos.

 —Bien, segunda pregunta —Se apoyó en la mesa con sus codos, yo contuve la respiración—. ¿Confiabas en mí?

Arqueé una ceja pues esa era una pregunta completamente ridícula.

—No, no confío en ti —Dije con voz burlona.

—No te estoy preguntando si lo haces en este momento, te pregunté si lo hacías.