Capitulo 2: Roce entre jugadores

6.5K 184 4
                                    

Al comenzar la clase me vi obligada a presentarme ante todos, era un hecho completamente predecible pero que de alguna manera no quería aceptar. Todo transcurría con bastante clama, el chico a mi lado se esmeraba en lo que hacía por lo que no podía quejarme. Este hecho me hizo reflexionar y sentir una pequeña punzada de culpa pues le había juzgado muy pronto, bueno, era hombre ¿cómo no iba a hacerlo? ¿Por qué debía ser él una excepción a mi ideología? Si estaba equivocada respecto a eso ¿estaría equivocada en todo lo demás?

Algunos alumnos me miraban fijamente, supongo que el letrero de «nueva» en luces de neón sobre mi frente les llamaba la atención, yo les correspondía con una sonrisa de cortesía, era eso o forjar una imagen de «diva» desde el principio y eso por supuesto que no iba conmigo.

En cierto momento me encontré a mí misma maquinando los hechos que había ocurrido con este chico con semblante de «rey» ¿qué hacía que no pudiera dejarlo atrás? Era un idiota, eso lo tenía complemente en claro ¿sería que acaso el aceptar a este chico a mi lado le había dado permiso a todo mi ser para aceptar al otro? ¡Oh, claro que no! De ninguna manera yo aceptaría esas cosas.

Aunque ¿por qué habría reaccionado de esa manera? ¿Tan difícil resulta decirle «hola» a la nueva? No lo era, así que este chico podría tener un serio problema de personalidad o de orientación.

«Es hora de que pares con tus pensamientos» me exigí a mí misma.

De ninguna manera yo caería en el juego de nadie, sí, juego ¿cómo más podría clasificar la actitud de este «rey»? Le dejaría en claro que por ser la nueva no tendría por qué ser el tipo de chica que fantasea con ser aceptada socialmente sin importar qué deba hacer para lograrlo, intentando desesperadamente pertenecer a un grupo mientras intenta individualizarse, siendo parte de algo así como un rebaño de ovejas.

― ¿Te acompaño a tu siguiente clase? ―Preguntó aquel chico con sonrisa angelical.

―Claro ―Contesté levantándome de mi asiento.

Bien, había aceptado la invitación de un hombre ¿acaso ya me estaría afectando la «esperanza del primer día»? Más me valía que no, yo no podía tener confianza por nadie del sexo opuesto, sería tomar demasiado riesgo, este chico no me haría confiar en él si podía evitarlo, él no podía ser la excepción a mi ideología, eso sería decir que era totalmente diferente a los demás y ¡eso es imposible! Todos los del sexo opuesto tienen patrones de comportamiento comunes, fáciles de detectar con un mínimo de atención.

De camino a mi siguiente clase me topé con aquel chico que se hacía pasar por «rey», le miré tan sólo un segundo, me repugnaba su presencia.

― ¡La nueva! ―Me gritó, seguí mi marcha sin darle importancia a su llamado.

― ¿Ya te hizo algo? ―Preguntó en son de broma aquel chico de sonrisa angelical.

― ¿Debería?

―Es lo usual, a él y a su grupo les encanta dejar en ridículo a los nuevos, dejarlos en completa humillación frente a los demás, es algo así como su pasatiempo

―Completamente predecible.

―Completamente ―Le sonreí, comenzaba a creer que podía ser amiga de aquel chico, aunque iba en contra de aquel sistema que me había creado.

Cualquiera podría creer que en un pasado fui lastimada por algún adolescente con nula capacidad mental, estarían en lo cierto si llegasen a suponerlo pero no estaba para contar ese tipo de cosas, era algo que quería dejar en el pasado donde realmente pertenecía. En algunos momentos sentía la necesidad de dar las gracias a ese alguien por ayudarme a prevenir que aquello me pasara de nuevo pero no lo haría, jamás lo haría.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now