Capitulo 1: Comienzo de la caída

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Los últimos días de vacaciones habían sido monótonos, había comprado un lindo calendario donde tachar cada día que pasaba para así prepararme para mi primer día de clases, un hecho que era deseable como indeseable por igual, después de todo había sido transferida dos semanas después del inicio oficial por lo que tendría escrito en mi frente “nueva” con luces de neón.

La noche anterior había preferido quedarme en casa y dormir entre mis almohadas y cobertores de un lindo color morado por lo que no se me hizo raro sentir la presencia de mi madre en la cama, por la mañana, para que luego excavara buscando mi rostro.

―Buenos días Elena ―Saludó y yo sólo asentí sin abrir mis ojos.

Se me hizo cómico su resoplido molesto, últimamente comenzaba a usarlo más seguido puesto que yo había comenzado a adoptar la mala costumbre de dormir hasta tarde y bueno, aquel día no había sido la excepción.

Los rayos del sol dieron directamente a mi rostro, era una buena ventaja que la ventana estuviera frente a mi nido de sueño, no me molestaba en lo absoluto, todo lo contrario, amaba sentirlos por la mañana. Supongo que podrías considerarlo como mi manera particular de despertar.

―Buenos días Elena ―Repitió mamá con voz firme pero sin dejar de ser dulce.

―Buenos días ―Saludé yo de vuelta abriendo los ojos.

―Primer día de clases ―Avisó pasando por un lado de mi cama.

― ¿Primer d…? ―Me senté de golpe en la cama ahora completamente despierta―. ¡Lo había olvidado! ―Grité quitándome de encima los dos cobertores con los que acostumbraba a dormir.

Corrí hacia mi baño que quedaba en el pasillo de las habitaciones, me deshice de mi ropa en tiempo récord, me aseé completamente, lavé mi boca y corrí de vuelta a mi habitación.

―Si te apresuras tu padre te llevará al instituto ―Le escuché decir a mamá desde la planta baja.

― ¡Estaré lista en unos segundos!

Bien, comenzaba la parte más difícil de los primeros días de clases ¿qué demonios debía llevar? Tenía ropa normal, típica de alguien de 17 años pero la traicionera inseguridad atacó haciéndome sacar la mitad de mi ropa para luego decidirme por un conjunto de blusa morada y un jean oscuro que eran casualmente el primer conjunto que había visto.

Sequé mi cabello con esmero y lo cepillé formando las naturales ondas de mi cabello. Supongo que por ser el primer día de clases era normal que mi estómago se agitara e incluso que me sonriera a mí misma en el espejo, sí, esperaba que fuera normal.

― ¡Elena! ―Gritó mi madre.

― ¡Enseguida estoy abajo! ―Le grité de vuelta terminando de cerrar el cierre de mis delicadas sandalias.

Me colgué el bolso gris a mi hombro izquierdo y me miré al espejo, estaba sencilla pero no mucho, era el justo toque que había estado buscando. Salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mí y bajé las escaleras dando zancadas.

―Aquí estás ―Dijo mi padre con su acostumbrado tono bromista―. Pensé que te llevaría más tiempo

―Ya ves que no ―Respondí quitándole una tostada de su plato.

—Tu dilema había logrado convencerme —Comentó mordiendo su tostada—, si alguna vez deseé ser mujer hoy me retracto —Rió entre dientes y yo  arqueé una ceja.

—Claro ¡Que gracia! —Le propiné un ligero golpe en el hombro derecho—. Habla de algo coherente y dime dónde está mamá —Le exigí saber al no ver a mamá en el pasillo que daba a la puerta principal.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now