Capitulo 27: Tercer strike ¡Estás fuera!

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Pasaba por aqui para decirles que faltan tres escasos capitulos para terminar D: sí, demasiado poco pero tenía que terminarse en algun momento (que mala soy). Bien, también quería decirles "¡GRACIAS!" ¿Por qué? Por seguir la historia claro está, bueno, eso es todo (: 

«A pesar de eso no voy a volver contigo en este momento Elena, lo lamento».

Esa oración se repitió en mi cabeza varias veces en los siguientes minutos. Cada vez que la oía sentía como una versión bizarra de Jackie Chan golpeaba mi abdomen con fuerza.

Intenté contener las lágrimas pero fue completamente difícil, sólo logré que mojaran mis ojos hasta un punto en que todo lo que estaba ante mí era una imagen borrosa. Nunca me había sentido tan humillada como en ese preciso instante, ni siquiera cuando había caído del auto del imbécil aquella misma tarde, esto era peor, mucho peor.

Bajé la cabeza y parpadeé haciendo que las lágrimas cayeran rápidamente al piso, respiré profundamente intentando apaciguar el ardor en mi garganta y la creciente necesidad de lanzarme al piso y llorar como una mala versión de la magdalena.

¿Estás seguro? —Le pregunté a Regie en algo muy parecido a un susurro.

—Sí —Dijo él sin dejar pasar ni un segundo.

Eso fue terriblemente peor, me agité una vez con la intensión de soltar un gran sollozo pero pude controlarme lo suficiente como para camuflarle con un hipido.

Miré mi vestido y luego alrededor, ahora todo me parecía tan completamente ridículo. Aquellas cosas no eran yo, ni siquiera el que estuviera llorando por un espécimen que osaba llamarse «hombre» era yo, Elena Rogers no podía volver a llorar por quienes no valían la pena, había demasiado de mí que ellos no podían valorar.

—Que estupidez —Dije con molestia mirando las velas.

Con rapidez fui hacia las velas para apagarlas lo más rápido que podía, pero por alguna razón me sentí incapaz de hacerlo. Regie seguía de pie en el mismo lugar pero yo no me detuve a mirarle, el solo saber que estaba ahí me dolía.

Deshice la trenza, enrollé mi cabello haciendo una bolita alta y con dos hebras lo amarré todo. Suspiré soltando dos lágrimas que no limpié, no quería pensar en que estaba llorando por Regie, ya no valía la pena.

— ¿Quieres algo de tomar? —Le pregunté con voz rota aparentando tranquilidad.

—Por favor —Pidió él caminando hacia la cocina.

Dejé que las lágrimas salieran de mis ojos sin nada que pudiera detenerles en el camino, era mejor acabar con esa parte lo antes posible.

—Aquí tienes —Le dije dándole el vaso de agua.

Él me miró fijamente por unos momentos de manera extraña, no quise saber qué era lo que sentía pues ya tenía muy en claro que no había nada positivo de él hacia mí.

—Gracias.

Asentí una vez y fui hacia el lavaplatos donde mojé mi rostro repetidas veces. Lo único que tenía cerca de mí era un pañuelo de los que usaba mamá para secar sus manos por lo que sin pensarlo dos veces sequé mi rostro con él, lo restregué con fuerza buscando quitarme todo el maquillaje que había usado.

Cuando terminé con mi labor me volteé hacia Regie, quien me miraba fijamente con aspecto serio. Luché por contener las lágrimas pero ellas me desobedecieron y en cambio escaparon por las comisuras de los ojos.

Deja de llorar —Me susurré a mí misma con rabia.

Sequé mis lágrimas con fuerza y fui a sentarme en la mesa frente a mi ex novio.

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora