Capitulo 13: Diferencias dentro del mismo equipo

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El silencio había caído sobre la cocina luego de que mi padre indiscutiblemente hubiera apoyado al que era mi verdadero enemigo y al que, si antes había flaqueado un poco en odiar, ahora se había ganado mi odio más puro.

No despegué mi mirada de mi plato por un largo momento puesto que era difícil enfrentar la mirada de Regie, sabía que había hecho mal pero no contaba con que el imbécil arruinara mi «perfecto» plan que no resultó ser tan perfecto, bueno, errores de cálculo a cualquiera le pasa.

— ¿Quién quiere más pollo? —Preguntó mamá intentando salvar la cena pero hasta un ciego sabría que ya no había nada más que hacer.

«Estúpido imbécil» dije en mi interior apretando mis manos.

Elena —Susurró Regie cerca de mi oído y yo ya no pude huir de lo que me esperaba.

Sus ojos eran marrones oscuros lo que me extrañó pues si sus ojos cambian acorde a su humor entonces él estaba verdaderamente furioso.

Otra explicación que te daré —Susurré en mi defensa.

Él sólo sonrió sin ánimos y siguió comiendo. A pesar de que la situación no era la mejor y que me esperaba una larga conversación con él, mi padre y el imbécil me gustó el hecho de que mantenía su compostura por muy furioso que estuviera, lo que me decía mucho de su decencia.

El imbécil no dejaba de sonreírme y yo le lancé miradas asesinas que si hubiera sido por mí le hubieran convertido en algo menos ligero que cenizas. Mis instintos asesinos despertaron como si de un interruptor presionado se tratara, era hora de asesinar al imbécil y no necesariamente le quitaría la vida.

—Mañana daremos un pequeño paseo Matthew ¿quieres venir con nosotros? —Le preguntó mi padre con una sonrisa y yo estuve a punto de saltar encima de la mesa y ahorcarle.

—Es una salida familiar cariño, es mejor si lo mantenemos así —Opinó mi madre estando aún de mi lado.

—Esta bien cariño, sigue siendo familiar, siento a Matthew como parte de la familia.

¡Esto tiene que ser una broma! Mi padre estaba excediendo un límite muy marcado que de propasarse me haría explotar con fuerza.

—Las salidas familiares son familiares, no tenemos por qué incluir a terceros —Le dije a mi padre importándome poco que sonara descortés, con el imbécil no me nacía serlo.

—Ya está decidido —Me contradijo mi padre molesto, yo apreté los labios.

—Gracias por la invitación Sr. Rogers, sé que la pasaremos bien —Comentó el imbécil con una sonrisa de suficiencia.

—Bien, el imbécil viene pero Regie también —Solté sin quitar mis ojos del espécimen que deseaba explotara de un momento a otro.

—Elena…

—Elena nada —Le corté a mi padre mirándole de inmediato—, tú tendrás un buen día con tu amiguito y yo quiero pasarla bien con mi novio —Articulé muy bien la última palabra.

Mi padre soltó los cubiertos y se cruzó de brazos dándome una mirada de molestia, sí, el odiaba que yo cambiara sus planes pero ¡él iba a arruinar mi día! Yo no podía permitirlo, merecía tener un poco de paz.

—Esta bien Elena, luego saldremos —Opinó Regie con voz suave.

—No, tú irás y no hay más que decir —Declaré dándole miradas a mi padre y al imbécil.

Lo que restó de cena todos nos mantuvimos bastante callados, no miré más al imbécil puesto que si lo hacía saltaría sobre la mesa y le golpearía hasta cansarme ¿quién se creía que era para ir a mi casa y cenar con nosotros?

Inevitable (El juego de Elena #1) [Editada]Where stories live. Discover now