Capítulo 36 - El perro

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—¿Qué te pasa para sonreír así? —era de esperar que mi nada sardónica sonrisa, mi gesto relajado y, en general, mi falta de seriedad, no le pasaran desapercibidos a mi compañera.

—Es que he recordado algo muy gracioso —¿para qué mentir? Claro que otra cosa era decir toda la verdad—. Pero bueno, ahora sí que estoy seguro: uno de nosotros dos va a morir hoy —mis labios seguían largos y torcidos hacia mis lóbulos. Mi declaración y mi sonrisa no podían estar en peor conjunción—. Pero, si temes algo, te diré que quien quiera que muera, morirá feliz.

—No tiene gracia —seria como un palo... no, seria y estricta como siempre, había notado con qué ánimos había soltado la bomba. Seguro que ella pensaba, tanto en fondo como en superficie, que mi pequeño descubrimiento a lo largo de la pelea contra Parcuelso no era razón para sonreír ante lo que nos esperaba—. Ahora que has acabado con ése, ¿qué crees que van a hacer los demás? ¿Pedir turno o venir todos a una?

No importaba que fuese un bajo mortal como el simple ser humano que ahora era; o un alto mortal, como los Lobos que nos rodeaban. Después de mostrar el poderío, conocimiento y capacidad de mis extrañas intuiciones, al menos yo, alguien tan cobarde como aquellos que me rodeaban, lanzaría todo lo que tuviera a mano, incluidos todos los ases en la manga que hicieran falta.

Pero no llegó el momento de ponerse nervioso. Ni cuando me senté en el suelo dándole la espalda a los arqueros y tiradores que se encontraban en los trapecios; ni cuando sentí en mis posaderas el retumbar de los pies de los enemigos acercarse a toda velocidad hacia nuestros cuellos; ni cuando Dijuana dio la orden de ejecutarnos, aunque resultara más una ratificación que una orden. Ni siquiera cuando el sempiterno seco del rostro de Bellatrix se tornó gélido y húmedo de sudor, no perdí los nervios. Al fin y al cabo, la ayuda ya había salido hacía más de cuatro minutos y se acercaba a toda velocidad.

No me moví cuando supe que Sonaruna, la misma Loba que nos invitó a ese delicioso (supongo) brebaje negro días atrás, enarbolaba una inmensa hacha a pocos centímetros de mí. No me alteré cuando Bellatrix alzó a Abaddon, dispuesta a defenderme y a protegerse. Tampoco me inmuté cuando una flecha pasó rozando mi pelo y se clavó en el pie de mi primera atacante. Y no pensé en hacerme ninguna pregunta cuando ví que llovían Lobos en el interior de esa carpa.

—¿Recuerdas que te dije que se acercaba ayuda? —mi atención no se desvió lo más mínimo de la portadora de Abaddon. Pero, con todo, dudaba que atendiera a mi actitud relajada: ahora su atención estaba centrada en cuántos enemigos habían caído en esa andanada de flechas. No había muertos, ningún Lobo se convirtió en polvo, pétalos o sonidos pero, sin duda, había una buena cantidad de incapacitados por las poderosas flechas de una aliada que se acercaba con paso parsimonioso a esa carpa. Tomé una bocanada de aire y decidí darme la vuelta para dirigirme lo más resabiado posible a la única persona que aún no había apartado la vista de mí—. En fin, señorita Dijuana, ésta es la segunda advertencia que le hacen. Y en esta ocasión, no soy yo, sino alguien que puede medirse de igual a igual con usted, quien le avisa que no debería matarnos.

—Era de esperar que, tarde o temprano, Hefinisna se rebelara contra mí —comentó la de gris, con una flecha tan grande como una lanza en su mano, una que no había tenido ninguna dificultad de capturar al vuelo.

—A mí me consta que nunca ha estado bajo sus órdenes —buscaba irritarla y, en parte, lo logré. De no ser porque alguien saltó entre nosotros, habría comenzado una nueva pelea a muerte en la que, muy probablemente, yo habría terminado decapitado a base de la simple fuerza bruta de la gran líder de la orden.

—Señora Dijuana, si me disculpa... —mucho más comedida que ningún otro Lobo, una joven belleza de piel completamente negra como el azabache y un patrón de líneas rojas que emulaba una mariposa alrededor de su ojo derecho y un narciso en su mejilla izquierda habló a la gran señora de todos los Lobos.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2020 ⏰

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