Capitulo 197

132 1 0
                                    

.
.
.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Veía con detalle la tumba de un viejo pintor al que solía visitar en su humilde casa cuando me sentía perdida y dudosa. Mis ojos a través de la blanca nieve que caía alrededor reflejaban miedo y ansiedad, pero también irradiaban una pizca de esperanza y melancolía cada vez que leía su nombre grabado en aquella lapida.

Después del incidente de Jericho, todos los sobrevivientes se instalaron en una vieja iglesia abandonada y apartada de la humanidad, dónde podían estar a salvó por al menos unas cuantas horas. Aún así, después de convertirme en líder, comencé a guardar inseguridades y una gran preocupación dentro de mí. Sentía que no estaba haciendo las cosas bien o como Markus las hubiera querido y, me hacían falta motivos para continuar con su camino. Aún habían cosas que les estaba ocultando a todos y me daba miedo revelarlas...Sentía que aún no era yo misma y pensaba que mis decisiones no estaban completas del todo. ¿Markus hubiera tomado las mismas decisiones que yo? No lo sabía. Nadie podía ayudarme.

El único que podía guiarme ahora era él: Carl Manfred...O eso es lo que esperaba, ya que no podría volver a escuchar sus palabras nunca más...

Respire hondo y, con miedo y tristeza, hablé.

—Te extraño, Carl...No sabes cuanto te extraño —mi voz se empezó a cortar, sintiendo las lágrimas que poco a poco se acumulaban en mis ojos—...Espero que Markus este contigo...Si es que existe la otra vida o —suelto una pequeña risa— un cielo androide —mis mejillas comienzan a empaparse, sintiendo frío en ellas por la nieve que caía y se derretía ahí—...Daría lo que fuera por que pudiéramos volver atrás en el tiempo...Donde todos eramos felices —suspiro, secando mis lagrimas—...Markus quería que su pueblo fuera libre y se sacrifico por ello...Ahora soy la única que puede seguir su legado, pero sólo creo desastre...Busco respuestas pero...parece que no e buscado bien —guardo silencio un momento, recordando los sabios consejos que me dio en el pasado y buscando un significado en ellos—. No quiero que corra sangre, ni roja ni azul...Pero tampoco puedo dejar que nos masacren...Debo tomar una decisión que afectará a millones de vidas —saco de mi bolsillo una flor artificial y la dejo en su tumba con gentileza, pasando mis dedos por cada detalle de la piedra que contenía su nombre y queriendo fundirla con el regalo que le había llevado para que se quedara con él para siempre— Puede que esta flor sea artificial, pero el sentimiento con el que te la entrego es real...Y yo soy esa flor, Carl...Espero puedas perdonarme por no habértelo dicho...

Poco a poco me voy alejando de ahí y camino a la salida del panteón, pero mis pasos se detienen cuando alzo la vista y me encuentro con el hijo de Manfred, quien había visto y escuchado todo lo que le confesé a Carl.

—(TN)_____...

—Espero y con esto entiendas que con la violencia no lograras nada —mi voz suena molesta y disgustada—...Y ojalá disfrutes de tu herencia...Al fin y al cabo es lo único que te importaba —me preparo para irme.

—¡No me la dejo a mí! —grita y logra detener mi camino para poner mi atención en él; pero más que un grito de frustración tras la supuesta confesión que acababa de hacer, parecía un grito tímido y nervioso, como si aceptará la derrota a una guerra que ciertamente esperaba perder.

Permanezco confundida por ello. —¿Qué?...

—...Todo lo ha dejado a tu nombre.

Sorprendida, vuelvo a ver la tumba de Carl, buscando una explicación que claramente no saldría de sus labios.

—Después...Después de que te fueras del hospital...Entendí que lo que había estado haciendo estaba mal —vuelvo mi vista a él, pero sus ojos están posados en el frió suelo, mostrando verdadero arrepentimiento—...Yo, de verdad... Lamento...todo lo que pasó —su voz comenzó a sonar melancólica—...Yo...deje toda esa mierda...Porque entendí que me pone mal, me convierte en alguien que odio...Justo cómo me lo habías advertido por tanto tiempo...Ojalá te hubiera hecho caso desde un principio...Lo lamento —guardó unos minutos de silencio para relajarse, ya que parecía que en cualquier momento soltaría en llanto.

Detroit : Become Human •"Schrödinger"•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora